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Bershka inicia una huelga indefinida

Una trabajadora: "Estamos discriminadas. De Santiago a Vilagarcía hay mucha diferencia"

Bershka inicia una huelga indefinida

El comité de empresa de Bershka en la provincia de Pontevedra convoca a todos los trabajadores de las tiendas de Vilagarcía, Pontevedra y Vigo (entre 65 y 75 personas) a una huelga indefinida que comienza hoy. La plantilla del local vilagarciano está conformada por once trabajadoras, que decidieron por unanimidad en asamblea convocar el paro. Por tanto si hoy abre la tienda de Arzobispo Lago, "que la gente sepa que las empleadas están en huelga". Así lo aclararon ayer desde CIG, sindicato que tiene el control del comité y que sospecha que la empresa pueda enviar a trabajadoras de otras tiendas a Vilagarcía. "Eso se llama contratar esquiroles y está prohibido", advirtió Rosa Abuín.

La central nacionalista hizo un llamamiento a la ciudadanía a que "durante unos días se abstenga de comprar en Bershka". El motivo principal que ha llevado a la plantilla a embarcarse en una huelga es la doble discriminación que asegura que sufre. Por un lado, en relación al personal de otras provincias, donde se han firmado mejoras laborales, y por el otro, entre las dependientas que trabajan a tiempo completo y las que tienen una jornada parcial de un mismo comercio.

Rocío Pérez es trabajadora en Bershka de Vilagarcía y miembro del comité de empresa. "De Vilagarcía a Santiago las diferencias son increíbles y no es normal. Nosotros tenemos 21 días de lactancia y ellas 39. Cobran dos pluses que suponen casi 2.000 euros que nosotras no tenemos", ejemplifica la delegada sindical.

En relación a la "discriminación" entre las empleadas a tiempo completo y las de media jornada, estas últimas tienen peores turnos, haciendo más tardes y fines de semana que las demás. "Hacen horas complementarias que no computan para las horas de descanso semanal y de lactancia, cuando la empresa podría aumentarles la jornada hasta un 65% o un 70% porque el volumen de trabajo lo permite", explica Rosa Abuín.

El secretario comarcal de CIG-Salnés, Xoán Xosé Bouzas, recalcó "la cerrazón" de la empresa para negociar. "Nos dicen a todo que es inasumible, incluso a las excedencias, que no le cuestan dinero", agrega Rocío Pérez, del comité.

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