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La crisis de los micros... y del calor

Anécdotas plenarias en Cambados y Vilagarcía

La crisis de los micros... y del calor

Algunos salones de plenos son un horno... Y no únicamente por el enfrentamiento político. El intenso calor de las últimas semanas ha motivado que acudir a las sesiones de la corporación obligue a poner a funcionar los ventiladores. Así lo hicieron por ejemplo en Cambados el jueves, donde colocaron dos aparatos al pie del estrado y orientados al público. Eso hizo más llevadero el pleno a las numerosas vendedoras de la plaza de abastos que acudieron, pues en él se iba a debatir una nueva ordenanza reguladora de su actividad.

En Vilagarcía, por su parte, se abrieron las ventanas del salón de plenos con bastante antelación, a pesar de lo cual el calor seguía siendo muy intenso. En ninguno de los dos casos, el salón cuenta con aire acondicionado. Sobre esto, el portavoz del gobierno de Cambados, Xurxo Charlín, afirma que no lo hay en ninguna dependencia de la casa consistorial, y que tampoco está previsto ponerlo, pues significaría una obra muy costosa. "No es el momento de hacer ese tipo de obras", argumenta. Y eso que hay despachos donde el calor sí puede llegar a ser insufrible algunos días, como ocurre con los situados en el bajo cubierta. En esos casos se habilitó un ionizador, que enfría el ambiente algo más que un ventilador convencional.

En el pleno de Cambados del jueves sorprendieron también a algunos los postes separadores con una cinta roja a juego con la alfombra instalada al pie del estrado, a ambas bancadas de los concejales. Se trata de un material comprado recientemente para el pazo de Torrado, y usado habitualmente para proteger las obras de arte.

Mientras, en el pleno de Vilagarcía, celebrado también el jueves, la anécdota la pusieron los micrófonos. Y es que la megafonía se desinstaló a raíz de una exposición montada en el salón, y parece ser que se olvidaron de conectarla de nuevo. De hecho, nada más empezar la sesión hubo que hacer un receso de 10 minutos cuando los políticos vieron que los micrófonos no funcionaban.

Pero no fue posible arreglarlos, con lo que al final los concejales intervinieron con un micrófono de mano, que les llevaba a cada uno un funcionario municipal. Los ediles asumieron con humor que tal vez en ese momento pareciesen unos cantantes sobre el escenario. De hecho, el alcalde, Alberto Varela inició una de sus intervenciones diciendo que "no voy a cantar ninguna canción".

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