Cuatro ayuntamientos de la comarca tienen actualmente "en precario" sus contratos de recogida de los residuos sólidos urbanos (los contenedores verdes), habida cuenta de que siguen prestando el servicio las empresas a las que se les adjudicó en su día, pese a que sus contratos ya expiraron.

Los concellos que se encuentran en esta situación son A Illa, Cambados, Vilanova y Meis. En el caso de A Illa, la empresa Cespa sigue encargándose de la recogida, pese a que su contrato terminó a principios de año. La situación de los otros tres municipios es diferente, habida cuenta de que tienen un contrato único (gestionado a través de la Mancomunidade do Salnés). También en este caso se le ha prorrogado la actividad a la empresa que recogía antes la basura, Celtaprix, a pesar de las reiteradas críticas que algunos dirigentes políticos de Cambados y Vilanova han realizado en más de una ocasión hacia su trabajo.

El temor a los juzgados

El gerente de la Mancomunidade, Ramón Guinarte, admite que el proceso de contratación del nuevo servicio de la basura va mucho más lento de lo esperado. Tanto que no solo no fue posible convocarlo antes de expirar el contrato con Celtaprix -en marzo- o poco después, sino que a día de hoy ni siquiera están listos los pliegos por los que se regirá el concurso.

Y reconoce que la principal razón de esta demora es el temor. "Los últimos concursos para el servicio de recogida de la basura que se han hecho en Galicia han acabado todos en los juzgados. Es lo que pasó en Ribeira, en Ferrol, en Poio... Estamos viendo que las empresas que no ganan los concursos están buscando cualquier posible resquicio legal en las bases o el procedimiento para tumbarlo. Así que queremos hacer unos pliegos que no tengan ni una sola fisura técnica".

Esa es la razón, añade Guinarte, de que la Mancomunidade haya decidido dejar en manos de una asesoría externa especializada en este tipo de procesos la redacción de los pliegos. Y esa empresa todavía no les ha entregado la documentación. "Es cierto que el proceso va más lento de lo que quisiéramos. Pero preferimos hacer las cosas bien y que después vaya todo sobre ruedas y que nuestros pliegos no tengan ni un solo punto débil al que puedan acogerse los que quieran recurrir. Porque de lo contrario no estaríamos hablando de un retraso de unos meses, sino de un mínimo de un año".

Según Guinarte, hay varios casos de este tipo instruyéndose en el Tribunal Central de Contratación, y a los recurrentes aún les queda también la posibilidad de recurrir por la vía contencioso-administrativa.

A Illa

El Concello de A Illa lleva el proceso más adelantado, aunque también ha tenido sus traspiés. De hecho, un error en la documentación obligó en febrero pasado a suspender la licitación. Resuelto ese incidente, la administración municipal continuó adelante y ha recibido cinco ofertas de empresas interesadas en encargarse de la recogida de la basura.

El alcalde, Carlos Iglesias, señala que también el Ayuntamiento ha recurrido a apoyo externo para evitar futuros sobresaltos. Así, se ha solicitado una valoración previa de una entidad independiente de las ofertas técnicas de cada aspirante previa a la reunión de la mesa de contratación municipal, en la que se le dará una puntuación a cada oferta. Y posiblemente se haga lo mismo después de abrir el llamado "sobre económico".

"Son unos contratos muy complejos", apunta Guinarte. Y en los que se mueve mucho dinero. El presupuesto base de A Illa es de 138.000 euros al año, con lo que el de Cambados, Vilanova y Meis será muchísimo más elevado, ya que entre los tres suman una población seis veces superior a la de A Illa, y considerablemente más dispersa.