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Devoción en las "poxas" de Lores

Los fieles ofrecen los mejores productos del campo al tradicional San Benito meañés

Devoción en las "poxas" de Lores

Para algunos, no solo es una tradición pujar por llevarse una pareja de gallos, sino ofrecerlos como dádiva. Tal es el caso de Francisco Domínguez, propietario de una tienda agrícola en Dena, que cría gallos, y que desde hace más de 20 años trae una pareja en ofrenda al santo: "Es una costumbre que inicié al poco de abrir la tienda, y en eso no reparo: la mejor pareja del gallinero viene cada verano para el San Benito de Lores, no deja de ser una forma de estar ofrecido al santo". De hecho fueron los ejemplares más codiciados de la tarde, de unos siete kilos cada uno, y que se subastaron casi al final por separado a petición del devoto, adjudicándose el primero en 35 euros y el segundo en 40.

Para otros, como Rafael Ameneiro, de Combarro, es una costumbre de amigos: "Nos juntamos cada años siete u ocho -explica- y, desde hace casi una década, venimos a San Benito de Lores, comemos por aquí y, por la tarde, como la fiesta es la fiesta, toca comprar unos gallos que luego acabamos de criar en casa para hacer juntos una comida en Navidad". "Es una tradición preciosa -añade-, que no debería perderse, y que incluso debería existir en otras fiestas de Galicia".

Los corderos fueron adjudicados uno en 80 euros, dos en 60 cada uno, y un cuarto, el más pequeño, con apenas unas semanas de vida, en 53. Fernando Chaves, vecino de Castrelo, se llevó el último y reconocía que "en 53 euros fue caro, pero no importa, yo suelo venir cada año y lo concibo como un donativo al santo, en vez de darlo en la iglesia lo doy aquí".

Otra de las pujas de la tarde fue una pareja de canarios, rojo y amarillo con jaula incluida, donados por Juan Piñeiro, un joven vecino de Sanxenxo afincado en Meaño y aficionado a la cría de estos pájaros: "La señora que los recogió me dijo que nunca se habían subastado canarios en los 40 años que ella llevaba aquí". Él mismo pujó al principio por llevárselos de vuelta -y sumarlos así a los dos corderos que comprara en el arranque de las poxas-, pero, pese a lo insólito de la subasta, el público respondió, y un devoto acabó comprando la pareja en unos nada despreciables 36 euros.

Un pavo por 31, una pareja de patos por 21, docenas de huevos a pares, entre 5 y 7euros, y las tradicionales palomas para ser soltadas -gesto que se adjudicó en esta ocasión en 20 euros- completaron las poxas de este año que reportaron al santo algo más de 1.000 euros en ofrendas. No está mal.

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