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La cofradía apoya el puerto deportivo de A Toxa, pero exige garantías para los bancos marisqueros del entorno

Destacan la importancia de las zonas productoras de la isla y piden que las obras incluyan medidas preventivas y correctoras

La cofradía apoya el puerto deportivo de A Toxa, pero exige garantías para los bancos marisqueros del entorno

La Confraría de Pescadores San Martiño de O Grove, con socios de esta localidad, Meaño, Cambados y Sanxenxo, apoya el puerto deportivo proyectado para la isla de A Toxa, aunque exige la adopción de medidas preventivas y correctoras que preserven los importantes bancos marisqueros del entorno.

Así lo destaca su patrón mayor, Antonio Otero, quien explica que el pósito presentó alegaciones al proyecto, "pero no para evitar la construcción del puerto deportivo, sino para que se tomen medidas y quede claro que en el lugar disponemos de bancos productivos de gran valor y alguien debe asumir la responsabilidad en caso de que se produzca algún vertido o cualquier otro problema durante la ejecución de las obras". Esgrime, además, que en principio no estaba previsto presentar alegaciones de ningún tipo, pero se hizo siguiendo las recomendaciones del biólogo y el abogado de la cofradía.

"Queremos garantías de que se va a a respetar el entorno y de que si se produce algún problema también habrá alguien que se haga responsable", insiste Otero.

Y para que no queden dudas sobre su postura resalta que "en el propio escrito de alegaciones se hizo constar que no nos oponemos al nuevo puerto deportivo, ya que consideramos que todo lo que redunde en beneficio del turismo y los marineros es necesario y positivo para todo el pueblo".

Así pues, esta postura de la cofradía meca poco o nada tendría que ver con la que mantiene la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), pues hay que recordar que esta entidad sí presentó alegaciones para tratar de evitar la ejecución del proyecto.

En sintonía con lo manifestado en el año 2000, cuando se rechazó otro proyecto -aquel mucho más ambicioso- para construir los puertos deportivos de O Grove y A Toxa, la SGHN advierte de las molestias para la fauna local que, supuestamente, pueden causar estas obras. A lo que suma el hecho de que pueden verse afectados una veintena de bancos marisqueros de la ría.

Este colectivo de denuncia que en este proyecto "se considera a la zona de tradicional actividad portuaria, cuando no lo es; y se dice que el aumento del tránsito de embarcaciones no incrementará el ruido en la zona, siendo éste un efecto permanente y no recuperable".

Del mismo modo, declaran que esta reforma del puerto deportivo, porque en realidad ya existe en la actualidad, supondrá "un impacto ambiental global severo que no va a ser eliminado con las medidas correctoras planteadas desde el promotor".

Evidentemente, estos temores de la SGHN no aparecen por ninguna parte en el proyecto, en el que se asegura que "el impacto global del proyecto sobre la Red Natura 2000 puede ser considerado como moderado".

Al igual que se garantiza que "la remoción de los materiales del fondo marino durante el hincado de los pilotes dará lugar a un aumento de los materiales en suspensión, con la consiguiente modificación de la calidad de las aguas, tanto desde el punto de vista químico como físico". Esto constituye "una pérdida temporal de la calidad del agua", advirtiéndose de que "dado el carácter de las obras a ejecutar tendrá una escasa magnitud y no es probable que afecte ni a los bancos marisqueros ni a las bateas ubicadas en el entorno próximo de la actuación".

Tal es la seguridad que muestran los promotores de este proyecto que presentan la opción elegida como "la más favorable a nivel económico y de seguridad", así como "la que presenta un mejor comportamiento ambiental".

Fue en noviembre cuando se dio a conocer que el Club Náutico Isla de La Toja promovía esta ampliación de la actual dársena para dotarla de una capacidad para 54 embarcaciones de entre 10 y 18 metros de eslora: doce para barcos de 10 metros, 27 para los de 12, ocho para las de 14, dos amarres para 16 metros y cinco reservados a naves con 18 metros, o más.

Asimismo, el proyecto establece que las 54 plazas previstas ocuparían 3.740,80 metros cuadrados de una lámina de agua con una superficie de 10.009 metros cuadrados.

Hay que recordar que la alternativa planteada prevé desmontar las instalaciones actuales para reproducirlas con nuevos materiales y realizar "una pequeña ampliación" de las mismas con dos pantalanes perpendiculares al actual que favorecerían la entrada y salida de barcos. Para mejorar la seguridad en el puerto deportivo se proyectan dos líneas aisladas de pantalanes flotantes de hormigón para garantizar "la permanencia de las instalaciones todo el año en la ubicación.

Citando ese mismo proyecto cabe destacar que los dos nuevos pantalanes perpendiculares al actual -uno de 50 metros de largo y otro con casi 47- se instalarán en aluminio y dispondrán de 2,50 metros de ancho.

No menos importante resulta el hecho de que además de instalarse esos dos nuevos pantalanes está previsto sustituir el muelle flotante actual por otro de aluminio, éste de 128 metros de longitud y 3 de ancho, situado en la misma alineación del ya existente. En la parte orientada hacia tierra se situarían plazas de 10 y 12 metros de eslora.

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