Desde Chile a la aventura peruana por el Machu Pichu

Pronto el trío se convirtió en cuarteto: "Nos juntamos con un chileno -apunta- que pasaba un mal momento a raíz un desengaño amoroso y que recorría el país en su vehículo, pero que no quería viajar solo y con él bajamos hasta llegar a Santiago de Chile".

Del país chileno Basilio Camiña saltó a Perú. "Allí me impactó que la gente trabajara 24 horas seguidas en las minas, del jueves al viernes, para así poder cobrar el sábado, para luego gastarse ese dinero bebiendo el fin de semana".

En su última etapa, ya solo, se adentró en Perú "porque no podía volverme sin ver el Machu Pichu".

Su hermano era el que estaba al corriente de sus andanzas "porque en casa mis padres no están muy al tanto de las nuevas tecnologías".

"De hecho ni avisé que volvía -apunta el músico meañés-, tan solo aparecí y mi madre se quedó toda sorprendida al verme".

Camiña Ucha sigue dispuesto a continuar en el mundo del voluntariado por sus buenas experiencias. De hecho ya proyecta enrolarse en otras iniciativas de organizaciones no gubernamentales, aunque asegura que estos proyectos los dejará para después del verano.