La lenta remisión de los niveles de fitoplancton portador de biotoxinas, y en consecuencia la paulatina apertura de polígonos bateeiros y el incremento de la actividad extractiva, hace que el sector productor pueda abastecer sin excesivas dificultades al sector industrial.

La campaña de industria está lanzada, y lo está tanto que algunas empresas, ya sean cocederos o conserveras, han empezado a contratar personal extra para aprovechar el buen momento actual y enlatar la mayor cantidad posible de molusco.

Dicen los productores que la calidad es máxima, e incluso que hay zonas en las que puede encontrarse mejillón demasiado gordo. Esto, que puede parecer una bendición para muchos consumidores, también tiene su lado positivo, pues una vianda excesivamente carnosa puede reventar en el momento de la cocción, y por tanto no sirve para su enlatado en conserva.

Sea como fuere, en el sector se respira tranquilidad, aunque lógicamente con excepciones comprensibles, pues en la ría de Pontevedra los ocho polígonos bateeiros llevan cerrados ininterrumpidamente desde agosto. Ayer incluso se decretó un cierre a causa de toxina paralizante (PSP), aunque no tiene demasiada importancia, pues ya estaba cerrado previamente a causa de las lipofílicas (diarreicas).

A estas alturas hay 20 polígonos cerrados, como son esos 8 de Pontevedra, tres en la ría de Vigo, los tres existentes en Muros-Noia, el de Corme-Laxe, el de Baiona y 4 polígonos de la ría arousana, en aguas de O Grove.

Esto es tanto como decir que hay 31 polígonos abiertos y plenamente operativos: Los dos de la ría Ares-Betanzos, 20 ubicados en Arousa y 9 en Vigo.