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Un castro con excelentes sorpresas

Las excavaciones en Ribadumia revelan la importancia de este asentamiento en los prolegómenos de esta Era

Un castro con excelentes sorpresas

Los trabajos para sacar a la superficie el antiguo poblado de la Edad de Hierro de Besomaño van a velocidad de vértigo y cada día aparecen nuevas sorpresas en el recinto de la excavación.

En apenas un mes, los operarios de la Diputación han avanzado tanto que ya se pueden obtener conclusiones respecto al modo de vivir de aquella población formada por unas cuatrocientas personas, según datos estimativos, pues queda mucha obra por realizar hasta diciembre.

La Diputación de Pontevedra ha decidido acometer una segunda fase de recuperación del castro pues en la primera coordinada por el CSIC solo se había abierto un 2% de la superficie que ocuparon los antiguos pobladores de Ribadumia.

Sin embargo, aquella primera fase sentó las bases para que ahora se pueda continuar el proyecto de forma mucho más rápida.

Los arqueólogos del CSIC descubrieron y pusieron en valor las primeras edificaciones, además de extraer las primeras piezas de la época.

Ahora, la continuidad de los trabajos es casi "coser y cantar", pues en un mes se ha excavado y consolidado tanta superficie como en la primera fase, acometida de febrero a mayo de este mismo año.

Ahora el proyecto lo retoma la institución provincial hasta el mes de diciembre, tiempo en el que pretende sacar a la luz la mayor parte del castro ribadumiense en el que se encuentran estructuras muy significativas aunque no puedan calificarse de únicas en Galicia.

Esta misma semana, además de los edificios se han encontrado una moneda romana, un pico típico de aquel Imperio, y varios anillos, uno de ellos de gran valor. Pero, los arqueólogos tienen especial interés en descubrir la mayor parte de los edificios de la época, alguno de ellos muy curioso, aunque propio de estos recintos.

De hecho, en la parte media del castro se ha encontrado una típica "casa de patio", una edificación característica en los castros gallegos más significativos como es el de San Cibrán de Lás (Ourense) y cuya ejecución es de la época tardía. Se llega a esta conclusión después de excavar en los alrededores de una estructura que en principio se creía como un gran almacén. Pero los nuevos perfilados hacen que los expertos se inclinen porque sea una "casa de patio" que en su día pudo pertenecer a una de las familias más adineradas del poblado o a un jefe de la tribu, si bien con lo que se ha trabajado en Ribadumia todavía no se puede hablar del modelo de jerarquización que existía en el lugar.

En la zona norte de la excavación se han descubierto otras cuatro cabañas completas por lo que ya se puede ver la estructur original de estas viviendas, que comprendían la zona habitada propiamente dicha, todas con lareira, y el almacén contiguo, así como el atrio exterior.

Por el momento se mantienen tres zonas de trabajo, tras la localización en la primera fase de distintas áreas de convivencia, a saber, la zona habitacional, la dedicada a la industria –en especial para fabricación de cerámica– y la de almacenaje.

De hecho la excavación se planteó en tres sectores para poder valorar con la máxima precisión el estado de conservación del yacimiento y su importancia dentro del panorama de la Edad de Hierro del Noroeste.

Así, en el sector Norte se documentó un espacio habitacional configurado por cabañas circulares de cinco metros de diámetro (entre 4,50 metros y 4,70) con lareiras de arcilla y piedras y con un agujero de poste central y restos del pavimento de uso de la vivienda.

Adosada a esta apareció ya en la primera fase una estructura de planta ovalada, con restos de un pavimento de los utilizados por los celtas en los espacios de granero o almacén.

Respecto del sector central se hallaron en la primera fase dos nuevas estructuras de planta circular (medio desmantelada) y ovalada (con un posible horno en su interior). Se trata, según los expertos de una zona artesanal, hipótesis a la que llegan por la gran cantidad de restos cerámicos y de fundición que aparecieron en dicho entorno.

El sector Sur es el que más ha cambiado con los nuevos trabajos. Al principio se creyó haber encontrado una de las estructuras más peculiares dentro de la Edad del Hierro del Noroeste Peninsular. Con la nueva excavación se entendía que el amplio espacio abierto, organizado en torno a unas escaleras que servían de eje para varias estancias amplias y definidas por muros rectilíneos en las que se han recuperado gran cantidad de fragmentos de ánforas romanas y grandes vasijas de almacenaje castrexas, lo que les hacía suponer que era una zona destinada a almacenaje y establos.

Ahora, al abrirse la zona contigua se observa una gran "casa de patio", con una superficie de 300 metros y al menos dos alturas, por el diseño que dibujan sus muros.

También se recuperó una cabaña en la parte inferior del castro que cuenta con una estancia que todavía no ha sido definida ya que no es circular, sino cuadrada, por lo que hasta que avancen los trabajos no se podrá saber a qué se destinó.

Sin embargo, la obra que se ha realizado hasta ahora no refleja, ni mucho menos, la gran entidad que tuvo este poblado entre el siglo II antes de Cristo y el I de la presente era. Los arqueólogos creen que cuando actúen en la parte superior del monte se conocerá la verdadera entidad del asentamiento.

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