Si nos pusiésemos a buscar sinónimos para la palabra suerte podríamos conformar una lista extensamente poblada. En cambio, sucede todo lo contrario cuando se solicita que alguien explique las causas que dan lugar a ese fenómeno que roza lo paranormal. Incluso no son pocos los que afirman que la fortuna no es algo que se tiene, sino que hay que buscarla.

Buen ejemplo de ello pueden dar los clientes de la Administración de Loterías número 5 de Vilagarcía, sita en el interior del Centro Comercial Arousa. La presencia de creyentes en los caprichos del azar no dejan de pasar por la ventanilla regentada por su propietaria María Eugenia Breijo Dorna. Algunos, a fuerza de perseverancia, han tenido un encuentro más que agradable con ese factor tan intangible que responde a muchos nombres.

La lotería primitiva parece haberse convertido en la especialidad de la casa. Sin ir más lejos, el pasado sábado una señora se convirtió en 41.202 euros más rica de lo que lo era antes de haberlo intentado. Sus cinco aciertos más el complementario le reportarán una serie de sensaciones agradables cada vez que se acuerde de la combinación ganadora.

Descubrir la identidad de la afortunada resultó misión imposible, pero Sergio, empleado de la administración, dejó bien claro que su flirteo con el azar no venía de nuevo, "es una clienta habitual, de las que pasa casi todos los días por aquí. Además, es una combinación que hizo ella, no de las que puede hacer la máquina automáticamente".

Precisamente esa máquina a la que hace referencia Sergio sí tuvo mucho que ver en otras ocasiones. Y es que en los últimos doce meses ya se registraron otras dos apariciones de la diosa Fortuna, la misma que siempre se espera, pero que nunca se sabe cuándo llegará. En el pasado mes de mayo, se repartieron hasta 260.000 euros al ganador de una combinación de cinco más el complementario elaborada por la materia gris de la máquina.

Tan solo cinco meses después, se volvió a repetir el caso. El premio fue sensiblemente menor al anterior, se quedó en 67.000 euros, pero ese aparato que tanto sabe de números volvió a repartir felicidad.

Con casi tres lustros de historia, la administración del Centro Comercial también sabe lo que es acertar con el bombo de la lotería. Sucedió en 2007, año en el que el número abonado de la pequeña empresa, el 40.696 se llevó un pellizco más que generoso. Se ganaron 1.400 euros por cada décimo de las 145 series que se vendieron en aquella navidad entre el churrasco de Rubiáns y el asador A Plaza de Vilagarcía que ya nunca más quisieron desprenderse de él.