Especial 170 aniversario

La ilustración que cambió el periodismo

Las portadas ilustradas de FARO de antes de la guerra, sin parangón en la prensa española, abrieron un camino recorrido hasta hoy por los mejores artistas plásticos de Galicia

Félix Caballero | Escritor y periodista

La introducción del fotograbado en FARO DE VIGO en 1923, hace ahora cien años, revolucionó el periodismo que venía haciendo este diario al introducir la fotografía, la ilustración y el dibujo de humor. A partir de entonces, el aspecto gráfico tendrá tanta o más importancia que el texto. Nacía un nuevo periodismo que, sin duda, en una sociedad con una tasa de alfabetización aún muy baja –en 1920 solo sabían leer y escribir cuatro de cada diez gallegos adultos–, suponía una ventana abierta a la que cualquiera podía asomarse.

Esa ventana la representaron en FARO muy especialmente sus portadas ilustradas en color, sin parangón en prensa española tanto por su calidad artística como técnica, que pusieron al diario a la vanguardia del periodismo nacional en las décadas de 1920 y 1930, hasta la guerra civil. Fue la primera y gran etapa –una verdadera edad de oro– de la ilustración en el decano. La segunda, mucho más discreta, tendría lugar después de la guerra, a partir de 1949.

Portadas ilustradas de FARO

Portadas ilustradas de FARO / FDV

En esa edad dorada de la ilustración en FARO predomina el dibujo postimpresionista, con reminiscencias del barroco, el estilo artístico que, como se sabe, modeló junto al románico la estética del arte gallego hasta nuestros días.

Las portadas ilustradas solían publicarse ligadas a fechas solemnes, especialmente la festividad de Santiago Apóstol (25 de julio), pero también la del Cristo de la Victoria de Vigo (primer domingo de agosto), la de la Virgen Peregrina de Pontevedra (segundo domingo del mismo mes), la del Día del Trabajo, la de Año Nuevo o la de los Reyes Magos, así como con motivo de números o páginas especiales o de suplementos culturales.

Asorey, Díaz Baliño, Ribas

En esta época colaboró en el decano la práctica totalidad de los grandes nombres de la plástica gallega, como Francisco Asorey, Camilo Díaz Baliño, Federico Ribas, Carlos Maside, Manuel Colmeiro, Carlos Sobrino, Manuel Abelenda, Ramón Peña, Urbano Lugrís, Luis Pintos Fonseca o Luis Gil de Vicario. Con razón afirma Ceferino de Blas en Humor gráfico en Faro de Vigo. 90 años de sonrisas: “Se había creado una escuela de artistas plásticos en torno al periódico. Un ejemplo es la nota que publica el 21 de febrero de 1926: “La ya notable sección de colaboradores de Faro de Vigo, en la que destacan especialmente Federico Ribas, Carlos Sobrino y Manuel Castro Gil, y en la que ocupan lugar bien acusado Álvaro Cebreiro, Ignacio Senra y (Manuel) Torres, se ha enriquecido con un nuevo artista del pincel y el lápiz: el joven tudense Guillermo Taboada Infante”. Asombra la relación de nombres que figura en tan breve espacio. Y todavía no se había incorporado Castelao, que lo hará meses más tarde, completando un círculo artístico que no tiene parangón en ningún periódico de provincias, y pocos que lo emulen en la prensa nacional”.

Francisco Asorey (Cambados, 1889-Santiago, 1961) es conocido, sobre todo, como escultor. En Vigo tenemos sus monumentos a José García Barbón y Eduardo Cabello, el ingeniero responsable de las obras del puerto, que se suman a otros como los dedicados a San Francisco de Asís en Santiago o a Manuel Curros Enríquez en A Coruña. Su provocadora “Santa gallega”, con sede permanente en el Centro Galicia de Montevideo, se pudo ver en el Museo Gaiás de Compostela en 2019-2020. En sus ilustraciones para Faro, Asorey hace un dibujo de línea, en la estela de Castelao, sobre todo en sus “nenos labregos”, de mirada entre vivaracha y entristecida.

Portadas ilustradas de FARO

Portadas ilustradas de FARO / FDV

Camilo Díaz Baliño (Ferrol, 1889-A Coruña, 1936), padre de Isaac Díaz Pardo y uno de los galleguistas asesinados en la guerra civil, hizo para FARO portadas memorables –además de para A Nosa Terra, el semanario de las Irmandades da Fala y del Partido Galeguista–, como las de la festividad de Santiago Apóstol de 1926, 1927 y 1928. La publicada el 24 de julio de 1927 en la que dibuja una arquitectura barroca con cuatro contundentes columnas salomónicas recubiertas de elementos vegetales como marco de los toros amansados de la reina Lupa que conducen los restos del Apóstol para ser enterrados en el monte Libredón es sencillamente prodigiosa. Díaz Baliño colaboró en el decano desde 1926 hasta su muerte, evolucionando del dibujo escueto al barroquismo.

Federico Ribas (Vigo, 1892-Madrid, 1952), que luego se convertiría en uno de los mejores dibujantes publicitarios de Europa, fue el autor de las portadas del Día de Año Nuevo y de la festividad del Cristo de la Victoria de 1926 y 1927, y de la de la fiesta del 1º de Mayo de 1928.

Manuel Colmeiro (Silleda, 1901-Salvaterra do Miño, 1999) hizo para FARO dibujos cargados de ternura y sentido de la intimidad, y firmó la ilustración de la portada del Día de Santiago de 1929.

Carlos Maside fue uno de los mejores caricaturistas y retratistas gallegos de todos los tiempos

Carlos Maside (Pontecesures, 1897-Santiago, 1958) dibujó más bien caricaturas y viñetas para el diario, con trazos firmes, irónicos y tiernos a la vez. Fue uno de los mejores caricaturistas y retratistas gallegos de todos los tiempos. Su cabeza de Valle-Inclán recién fallecido ha quedado para la posteridad.

Carlos Sobrino (Pontevedra 1885-Vigo, 1978) cultivó sobre todo los motivos enxebristas –calles, cruceiros, casas viejas, hórreos–, que no impidieron su portentosa portada del día de los Reyes Magos de 1926, digna de las aventuras de Simbad el Marino.

Portadas ilustradas de FARO

Portadas ilustradas de FARO / FDV

Manuel Abelenda (A Coruña, 1889-1957), uno de los primeros intérpretes del paisaje gallego, presenta en sus ilustraciones un dibujo minucioso, complejo e incluso recargado, con vegetaciones estilizadas, claroscuros y una extraña influencia de la estampa japonesa.

Luis Gil de Vicario (Burgos, 1998-Barcelona, 1959), que de 1928 a 1934 fue catedrático de Dibujo en el Instituto de Vigo, realizó las portadas del día de Año Nuevo de 1930 y 1932, de la fiesta del Cristo de la Victoria de 1930, de la festividad de Santiago Apóstol de 1931 y del Día del Trabajo de 1932.

Urbano Lugrís (A Coruña, 1908-Vigo, 1973), hijo del político y escritor Manuel Lugrís Freire y el mejor pintor surrealista gallego con Eugenio Granell, firmó en FARO ilustraciones de ambiente marinero y formas estilizadas.

Etapa sin ilustración

Durante la guerra civil y la inmediata posguerra desaparece la ilustración en el decano. Son tiempos muy malos para la prensa, en la que escasea el papel. Los periódicos tienen muy pocas hojas y dedicar espacio al dibujo parece incluso absurdo. A partir de 1949 se reanuda la tradición de la ilustración, con nuevos nombres como Agustín Portela Paz (Pontevedra, 1906-1992), padre del arquitecto César Portela, que colaborará durante más de una década con ilustraciones y también viñetas de humor, como había hecho antes Maside. En todo caso, en esta nueva etapa la ilustración va a tener menos arraigo en el diario que en la anterior, por el protagonismo creciente de la fotografía, aunque las ilustraciones alcanzan hasta un tamaño DIN A4 que las hacen muy llamativas.

Imagen de una exposición sobre las mejores portadas de FARO

Imagen de una exposición sobre las mejores portadas de FARO / Cameselle

A partir de los 60, firman ilustraciones Pedro Ruiz Bofill (Barcelona, 1935), autor también de varias series de historietas, particularmente “Historia ilustrada de Vigo”, ya en los 90; Javier Aguilera (León, 1968), autor igualmente de viñetas de humor; o el hispano-venezolano Xulio Formoso (Vigo, 1949-Madrid, 2018) –se radicó en Caracas a los 16 años–, quien, además de artista plástico, era músico e ingeniero, y en los útimos años de su vida ilustró los artículos del periodista bueuense Francisco R. Pastoriza en el suplemento “El Sábado”.