Avanzado el metraje la fórmula puede resultar algo cansina y las continuas risas, muchas, se convierten en muecas cuando una historia de amor semiconvencional toma el relevo de la farsa, pero "Selfie" se merece alabanzas. Aunque solo sea porque el esperpento que nos rodea bien se ha ganado un enfoque mordaz, no edulcorado por lo políticamente correcto. El logro lo consigue García León con un falso documental que relata las vicisitudes que debe superar el hijo de un ministro imputado por corrupción, aunque criatura malcriada de la bonanza económica, que debe recurrir a la picaresca como el Lazarillo de Tormes para sobrevivir a la par que (re)conoce el mundo.