En los últimos años, debido a los avances tecnológicos, la práctica de la cirugía en ginecología está experimentando un cambio radical y los mayores avances se están produciendo en el campo de la cirugía endoscópica. Las técnicas endoscópicas, desde sus primeras aplicaciones como elemento diagnóstico, han experimentado un importante desarrollo, y actualmente son aplicables prácticamente en la mayoría de las intervenciones ginecológicas, enmarcadas dentro del concepto de cirugía mínimamente invasiva.

En ginecología, es decir, en la patología que afecta al aparato genital femenino, la cirugía endoscópica se está imponiendo de manera clara sobre la denominada cirugía convencional o cirugía clásica, de tal forma que actos quirúrgicos complejos impensables de realizar por esta vía hace poco tiempo (como la cirugía del cáncer ginecológico con linfadenectomia iliaca y aortocava), se están realizando en la actualidad.

La cirugía endoscópica ginecológica incluye dos grandes grupos en función de la vía de abordaje:

La Histeroscopia, que permite visualizar el interior del útero a través de una fina óptica por vía vaginal. Tiene dos modalidades: la diagnóstica, que se puede realizar en consulta, y la quirúrgica, que se realiza en quirófano, y que consiste en tratar (extirpar) la patología que asienta en dicha cavidad (polipos, miomas, etc).

La Laparoscopia, que igualmente puede dividirse en diagnostica y quirúrgica, permite la visión de la cavidad abdominal a través del laparoscopio, un instrumento que se introduce por una pequeña incisión, generalmente a nivel de ombligo u otra zona del abdomen, previa distensión del mismo con gas (CO2), y que consta de una fuente de luz transmitida por una fibra óptica, y una cámara que se conecta a un monitor de televisión.

Una vez que esto se ha logrado, se insertan pequeños trocares (tubos) a través de diferentes puntos de la pared abdominal, con unos diámetros entre 5 y 10 mm, que permiten la introducción del instrumental quirúrgico (pinzas , tijeras, coaguladores, etc) especialmente diseñados para tal efecto. La laparoscopia diagnóstica consiste en visualizar el interior de la cavidad abdominal con la menor invasión posible, con el objeto de realizar un diagnóstico. Se utiliza frecuentemente en caso de dolor abdominal, sospecha de endometriosis o estudio de infertilidad. La laparoscopia quirúrgica se ha convertido en una técnica endoscópica que puede tratar de forma segura y eficaz un gran número de patologías ginecológicas con un menor traumatismo corporal.

Se puede realizar diversas intervenciones quirúrgicas desde las más sencillas a las más complejas y que en ese orden de aumento de complejidad serian las siguientes: Ligadura tubárica (para esterilización), Quistectomia ovárica (extirpación de un quiste de ovario), Salpinguectomia o salpingostomia (extirpación de las trompas o apertura de una zona de la misma), Anexectomia (extirpación de trompa y ovario), Miomectomias (extirpacioón de miomas), Histerectomias (extirpación del útero), Linfadenectomias (extirpación de ganglios linfáticos), Técnicas de suspensión de aparato genital, Histerectomia radical (en casos de cáncer genital).

Las operaciones que se hacen por Laparoscopia son similares a las realizadas por técnicas tradicionales o abiertas (Laparotomia). Su principal virtud estriba en utilizar pequeñas aperturas cutáneas y no poner el contenido abdominal en contacto con el exterior, lo cual reduce el riesgo de complicaciones y el tiempo de curación.