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CÁNCER

Por qué a veces falla la quimioterapia

Un estudio internacional liderado por un gallego descubre la causa de la resistencia a este tratamiento en tumores gastrointestinales

El investigador Ángel Díaz-Lagares, en el Hospital Clínico de Santiago. // FDV

Un estudio internacional liderado por el investigador gallego Ángel Díaz-Lagares -del Grupo de Oncología Médica traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS) de Santiago- ha permitido determinar que la pérdida de una molécula, denominada TP53TG1, hace que un 10 % los tumores colorrectales y de estómago sean resistentes al tratamiento con quimioterapia. El estudio se publicó ayer en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS) de la Academia de Ciencias de Estados Unidos.

El estudio constata que un 10 % de los tumores colorrectales y de estómago presentan la pérdida de esta molécula, cuya función en células sanas es prevenir la activación de la proteína YBX1. "La pérdida de esta molécula permite que la YBX1 vaya al núcleo de la célula y active múltiples oncogenes que favorecen la resistencia de las células malignas a la acción de los fármacos contra el cáncer", explica el investigador.

Este hallazgo es muy interesante en el campo de la oncología ya que "la resistencia a la quimioterapia y a algunos fármacos es algo bastante común, que se encuentran los oncólogos en todos los hospitales", destaca Díaz-Lagares. "A veces la quimioterapia comienza siendo efectiva y luego deja de serlo y otras veces ya desde el inicio el paciente no responde como era esperado pero hasta ahora no se sabía exactamente por qué ocurría esto", añade.

La introducción de la quimioterapia en el tratamiento del cáncer supuso una revolución para hacer frente a esta enfermedad en aquellos casos en que la curación no es ya posible solo con la mera extirpación del tumor. La quimioterapia se ha demostrado efectiva en un amplio abanico de pacientes, pero uno de sus principales problemas es la aparición de resistencias contra el medicamento antitumoral usado.

Desde hace décadas se sabe que existen tumores que presentan una resistencia cruzada contra distintos fármacos desde su inicio, cuando aún no han sido tratados.

El espectro de resistencias inducidas por el mecanismo descubierto es extenso e incluye fármacos usados en el tratamiento común de este tipo de cánceres, como el 5-fluorouracilo, el oxiplatino o el irinotecán, pero también medicamentos dirigidos a dianas moleculares recientes, tales como los inhibidores de quinasas.

También se comprobó que los pacientes con tumores gastrointestinales que no presentan la molécula TP53TG1 se caracterizan por un peor pronóstico de su enfermedad y que ésta progresará con mayor rapidez.

"Este estudio puede tener importantes beneficios clínicos para los pacientes con cáncer, ya que el análisis de TP53TG1 antes de iniciar la quimioterapia, un análisis sencillo que podría llegar a realizarse de forma rutinaria, permitiría identificar qué pacientes se van a beneficiar de ese tratamiento y en quiénes no tendrá efecto, dando un paso más hacia las deseadas terapias personalizadas, la llamada oncología de precisión", destaca el investigador.

Devolver la actividad

Por otra parte, Díaz-Lagares señala que en los próximos estudios "sería importante estudiar si devolver la actividad de la molécula TP53TG1 significaría que aumenta la capacidad de acción de la quimioterapia en estos pacientes", apunta, al tiempo que recuerda que, al ser éste el primer estudio sobre esta molécula, "precisa de un segundo estudio para confirmar su utilidad clínica, que podremos hacer próximamente".

"Realmente es una forma de ganar tiempo ya que evitaremos invertirlo en probar fármacos a ciegas en pacientes en los que ya sabemos de antemano que no van a funcionar y podremos buscar otras terapias alternativas", explica.

El estudio ha sido realizado durante seis años por 25 investigadores pertenecientes a 6 grupos de investigación diferentes: 4 españoles, uno alemán y otro de Japón. Del IDIDS también colaboró la investigadora Ana Belén Crujeiras, del CiberObn. "Nuestro grupo lideró el proyecto y, en función de las necesidades fuimos incorporando a los colaboradores; por ejemplo, nos interesaba la participación de Japón porque en el país hay una alta incidencia de cáncer gástrico y aportaron numerosas muestras de pacientes", concluye el investigador ferrolano.

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