La tecnología viguesa para medir niveles de ruido se exporta a Europa. El SONarchitect, un programa informático pionero diseñado por ingenieros de Telecomunicaciones de la Universidad de Vigo que calcula el aislamiento sonoro en edificios, realizó ayer su puesta de largo en Euronoise, el congreso internacional de acústica que se celebra estos días en Edimburgo (Escocia). La empresa Sound of Numbers, una spin-off surgida de la institución académica, empieza ahora a comercializar la herramienta informática en España y otros países europeos.

Las expectativas son buenas, a tenor de la acogida que ha recibido el SONArquitect en su presentación. "El programa está recién salido del horno y aquí ha tenido una gran aceptación", explica desde la capital escocesa Cástor Rodríguez, gerente de Sound of Numbers. El software calcula el aislamiento de un inmueble completo para comprobar si se ajusta a los parámetros del Código Técnico de Edificaciones (CTE), la norma que establece los límites de ruido que deben cumplir los inmuebles de nueva construcción. "Dibujamos el edificio, e introducimos los materiales y los usos a que se destina cada uno de sus recinto. De esa forma sacamos los cálculos de forma fidedigna", amplía el gerente.

La herramienta surgió de la colaboración con el Grupo de Tecnología Multimedia de la Universidad, en el seno del grupo de investigación Sonitum, coordinado por los profesores Manuel Sobreira y Antonio Pena. "Es el único programa disponible en el mercado que hace este trabajo a nivel mundial. Hay otros, pero ninguno da esta solución, porque hace una revisión completa del edificio", expone Sobreira.

El software ha sido probado hace meses con éxito en los dos edificios que la Xunta promueve en el polígono residencial de Navia. Ahora la firma presenta en Edimburgo una "versión europea", que incluye nuevas aplicaciones y permite comprobar si los valores se ajustan a la normativa sobre aislamiento de otros países, lo que abre la puerta a su internacionalización. "Incorpora novedades como la medición de recintos de actividad, como puede ser un bar o un restaurante, hacia el exterior", apunta Rodríguez. A ello se añade que el programa califica el edificio según su calidad acústica. "Así se da un valor añadido a la construcción", comenta. El medidor acústico vigués promete hacer ruido.