En una época de escasez de recursos energéticos, la eficiencia energética está a la orden del día. Sin embargo, muchos procesos técnicos precisan menos de un tercio de la energía que realmente emplean. Esto es particularmente cierto en los automóviles, en los que dos terceras partes del combústible se emiten sin aprovechamiento previo en forma de energía calorífica. Alrededor de un 30 por ciento se pierde en el propio bloque del motor, y una proporción similar en los tubos de escape. El desarrollo de nuevos termogeneradores eléctricos puede ser la fórmula de aprovechar esta energía malgastada.

Investigadores del Instituto Fraunhofer de Técnicas de Medida en Física (Alemania) están desarrollando materiales termoeléctricos modulares para aprovechar el calor residual en los automóviles. "La temperatura en el tubo de escape puede alcanzar los 700 grados o más", explicó el profesor Harld Bottner, responsable de Sistemas Termoeléctricos. "La diferencia de temperatura entre el tubo de escape y el tubo que guía el líquido refrigerante puede alcanzar varios cientos e grados", un diferencial que podría ser aprovechado por el generador, señala.

AHORRO DE COMBUSTIBLE DE HASTA EL 7 POR CIENTO

¿Cómo? dirigiendo el flujo de calor desde un sitio a otro, a través de un sistema especial de semiconductores que producirían electricidad de forma similar a cómo lo hace una batería convencional. El objetivo a largo plazo es hacer prescindible el tradicional alternador y proporcionar asi de forma sostenida energía para los diferentes sistemas electrónicos del vehículo. Por si fuera poco, el ahorro de combústible puede rondar del 5 al 7 por ciento, según información recogida por otr/press en la web del Instituto Fraunhofer.

Un simple cálculo puede ilustrar la importancia de mejorar la eficiencia energética en los coches. En Alemania existen alrededor de 50 millones de vehículos, cada uno de los cuales circula en promedio 200 horas al año. Si su calor desaprovechado se utilizara con el nuevo sistema, mediante una potencia de salida de un kilovatio, supondría añadir más de diez teravatios/hora de energía anual, una contribución significativa. Los investigadores sigue en fase experimental, pero planean construir un prototipo a corto plazo.