De hecho, añadió Zamora, seis de los 68 ejemplares incluidos en proyectos internacionales de recuperación, cinco de ellos nacidos en cautividad, conforman el programa de cría en cautividad que realizan de forma conjunta la Fundación Loro Parque y el Gobierno brasileño.

La destrucción del entorno en el que habitaban estas especies y la captura de individuos silvestres para la venta en el comercio exterior han sido las consecuencias principales por las que esta especie se extinguió en libertad.

El proyecto de cría en cautividad que se lleva a cabo en el zoológico, apuntó Zamora, se centra en la reproducción del Guacamayo de Spix, pero también se promueve la investigación, la educación, la reintroducción y programas de restauración de hábitat en el área de distribución natural del guacamayo.

Además, indicó el biólogo, durante los últimos años se han realizado numerosos hallazgos sobre la ecología y biología reproductiva de la especie, gracias al estudio del último ara de Spix, que fue apareado con una hembra guacamayo Illigers Propyrrhura maracana para conseguir la reproducción y garantizar la recuperación de la especie.

Zamora explicó que un programa de recuperación no se debe centrar sólo en la reproducción de las especies, sino que es importante llevar a cabo otras actividades.

"La educación es la base de la conservación", señaló el biólogo, por lo que el programa de recuperación de la fundación no sólo se centra en atender a los ejemplares que hay en Tenerife, sino también en rehabilitar lugares públicos como teatros para dar conferencias o en preparar a especialistas que acerquen la necesidad de proteger al guacamayo.

Entre las actividades llevadas a cabo, añadió, está la formación de profesionales en Brasil para acercar a los escolares y al resto de la población la problemática de esta especie y las medidas que hay que tomar para garantizar su supervivencia en caso de que sea reintroducida en la Catinga Brasileña, al nordeste del país, que es su hábitat natural.

Zamora recordó que hoy en día el guacamayo de Spix y sus cinco pollos, nacidos en Tenerife, son tratados en el Centro de Cría de La Vera, por lo que no están en exposición pública.

El futuro de esta especie, señaló el biólogo, está en manos de un comité científico coordinado por el Gobierno de Brasil, y el objetivo es que aumenten su número lo más posible para reintroducir en el futuro al Guacamayo de Spix en la Caatinga brasileña.

Utilizar la educación ambiental es esencial para que la sociedad prospere y conozca a estos animales que son "emblemáticos de su zona", explicó el biólogo.

Lo fundamental es que la población comprenda el ciclo natural y lo respete, dijo Zamora, ya que aunque no se atente de forma directa contra el guacamayo, sí que por ejemplo se han talado los árboles de cuyas semillas endémicas se alimentaban.

Lo que ha perjudicado a otros animales que se alimentaban de los restos de semillas que caían al suelo, así como la vegetación que rebrotaba de esas semilla, por lo que el problema se extiende a toda la biodiversidad y no sólo a la especie.

Es por ello que la educación tiene una función importante, pues permite a los escolares dar a conocer a sus progenitores que los árboles que talan para comercializar la madera afecta a su medio natural.