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Un té con La Visión y familia

Uno de los superhéroes Marvel más carismáticos pero pocas veces dueño de una atención personalizada, estrena serie propia, una de las más interesantes de Marvel

Una imagen de "La Visión".

La Visión es un robot del universo Marvel que, al partir de datos genéticos de un humano, se acerca a eso precisamente, lo humano, desde un frío intelecto analógico. Poderoso, enigmático y de impactante diseño (obra de Roy Thomas y John Buscema), siempre ha sido un importante "segunda fila" de Los Vengadores, desde su creación en 1964. Su fuerza ha brillado, casi diría que lógicamente, en la segunda cinta dedicada a Los Vengadores, y más recientemente en "Capitán América: Civil War". Por tanto era previsible que Marvel aprovechase el tirón para potenciar nuevamente a su robot favorito. La noticia es que la colección (que recientemente ha estrenado Panini en España) no es ninguna fruslería, ningún tebeo flojo creado mal y pronto para cubrir cuota de mercado. En "La Visión", Tom King y el dibujante melillense Gabriel Hernández Walta crean una historia original y de trama adictiva.

El robot siempre ha luchado por su propia humanidad. Una quimera, hablamos de una enorme y refinada lata andante. Su último paso en esta aspiración que se antoja inalcanzable ha sido crear una familia igualmente androide (esposa y dos hijos, gemelos, chico y chica adolescentes) e irse a vivir a un buen barrio, a una casita con jardín. Los niños irán al instituto, los Visión invitarán a pastel a sus vecinos. American dream.

La idea de arrancada se convierte en todo un cómic muy interesante, porque argumentalmente el desarrollo de tal punto de partida evita todos los lugares comunes (así por ejemplo, en el libro, de 144 páginas, tan solo sale un villano en un par de ellas) y ensambla una trama a medio camino de la teleserie "Modern Family" (por la imaginería de lo cotidiano) y la América profunda de "Fargo", porque como familia, evidentemente, los Visión no son precisamente óptimo ejemplo a seguir, si no más bien una cosa disfuncional de mil pares de narices. Al mismo tiempo, King parece apoyarse en las ideas de la robótica de Isaac Asimov para cuestionarlas en este cómic: la familia Visión puede llegar a hacer daño a un ser humano; evidentemente no obedecen las órdenes dadas por los seres humanos si no que están explorando el camino de us propio deseo; y sí, protegen su propia existencia en la medida en que pretenden trascenderla, humanizarse.

Ladillo Visado

Además King y Walta emplean una narración donde destaca un pulido uso del texto de apoyo, por momentos cercano incluso al estilo que Alan Moore consolidó y puso de moda en los años ochenta. Y emplean unas composiciones de página ordenadas, ejemplares como traslación del mundo cableado, aséptico y binario de un robot. Los citados textos de apoyo y unos diálogos sobresalientes también inciden en ese aspecto profiláctico, inorgánico, lo que revela en sí mismo el irresoluble conflicto del protagonista.

A falta de conocer cómo concluirá esta larga historia (lo hará en el segundo volumen de Panini) podemos conjeturar y apostar: la Visión es antes drama que trhiller o aventuras. Reflexión sobre la naturaleza humana a través de una fábula robótica de ciencia ficción, y no tanto el escapismo, acción y aventuras con que solemos asociar al género.

La sorpresa con mayúsculas de Marvel.

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