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Luto en la ría

Se cumplen 60 años de uno de los naufragios más dramáticos de Galicia: 26 marineros de Moaña perdieron la vida al hundirese el pesquero "Ave del Mar" en aguas de Cíes

Los hombres-rana de Potter que recuperaron los cadáveres. // FDV

En la madrugada del 10 de noviembre de 1956, hace ahora 60 años, se registraba uno de los más trágicos naufragios registrados en la ría de Vigo. El pesquero de Moaña "Ave del Mar" se hundía en aguas de las islas Cíes causando la muerte de 26 marineros, todos moañeses. En las tareas de rescate tuvo un especial protagonismo el equipo de hombres-rana de John Potter, que por entonces buscaba en la ría los tesoros de la Batalla de Rande de 1702. Los jóvenes submarinistas pospusieron sus exploraciones y durante tres semanas trabajaron sin descanso hasta que consiguieron recuperar 23 de los cuerpos.

A las 7:30 del 10 de noviembre de 1956, en el despunte de una sabática aurora diluviosa, unos pescadores captan que el bravo mar chapotea. ¿Un banco de sardinas? No; son un barril, una patela, tablas e impermeables: indicios de un naufragio con mar de fondo y marea baja en A Porta, entre las islas Faro y San Martiño (Cíes). Al romper el día rastrean y avistan dos cadáveres flotando, arrastrados por las olas contra las rocas de Punta Galera, y magullados. Llevan los cuerpos a Vigo y son identificados como marineros del pesquero moañés "Ave del Mar".

El barco artesanal -20 Tn y 12 m. de eslora- había tenido óptimas campañas de sardina, parrocha y alcrique e instalado un potente motor. Había zarpado la tarde anterior para faenar en las afueras de Cíes. Las causas del naufragio pudieron haber sido la niebla y la lluvia-que envolvían las islas- y el fuerte mar que lanzó la nave hacia S. Martiño o Illa Sur, donde un zarpazo del océano la arrojaría contra bajos tan aprisa que solo los tripulantes hallados flotando advertirían el peligro, sin tiempo para organizar salvamento ni solicitar socorro, lo que ratifican desde otro pesquero próximo al momento y lugar del siniestro.Los 24 desaparecidos restantes sestearían en la bodega y, en el instante del accidente, no pudieron subir a cubierta. Es posible que navegasen escorados a estribor por la pesca sobrecargada, una avería o un fallo humano...

Luto en las fiestas patronales

"Por San Martiño castañas e viño"€ Moaña pasa de música orquestal a tañidos funerarios, de fuegos jubilosos al silencio y€ las prendas a estrenar se ennegrecen. Cesan asimismo como duelo las faenas pesqueras, porque de 11.106 habitantes son marineros 2.224 y tras lo ocurrido a 9 millas de casa guardan luto más de 500 familiares.

El patrón de la Cofradía de Pescadores declara: 14 marineros naufragaron en 1938, hace una década 6; nuestras fiestas traen infortunios. Convivimos con bromas del mar pero esta... ¡No recordamos otra igual! Las pensiones para afectados son bajas y€ buscaremos donativos.

La noticia de la catástrofe vuela: el día 11 Faro de Vigo titula "Luto en la ría"; las emisoras indagan, llegan corresponsales... Entre las víctimas hay padres con sus hijos, viudos y casados que dejan huérfanos (6, 4, 3, 2 o 1), solteros (uno iba a casarse al día siguiente), casi niños... El párroco Donato anuncia que Quiroga Palacios, arzobispo de Santiago, ha enviado dinero y pésames. Llegan telegramas y autoridades que el lunes asisten al funeral -oficiado por el cardenal- con 8.000 almas; entre ellas Pepa Pedriña, madre de un desaparecido que solo halla sosiego en una roca costera donde plañe: "¡Ha de vir! ¡Ha de vir...! ¡O meu filliño non pode morrer...!"

Un "lobo de mar" clama a los féretros: "¡Adeus, compañeiros!" y alguien gime sobre su enlutado traje nupcial. Marina abre una suscripción popular con 5.000 pesetas, que pronto se multiplican; además dona 172.000 -con Caja de Ahorros, Trabajo y Cáritas- para los damnificados, mayormente viudas con hijos.

Dos buzos, con equipos muy limitados, tratan de recobrar los cuerpos. Solo alcanzan un lecho de barrancos y agujas líticas cubiertas por algas agitadas y tras días estériles, desisten. En Faro, Mons. Espinosa, creador y director del Orfanato para Hijos de Náufragos (junto al Templo del Mar, obra de Palacios en Panxón) afirma: "habrá solicitudes pero€ no podemos acoger más que a los 92 que educamos (...) Espero respuesta de cargos, armadores y marineros: la pide la tragedia del Ave del Mar".

El copropietario del barco, padre de un desaparecido, tras tres días y sus noches en las islas esperando los cuerpos, acerca una lancha con ataúdes al "Dios te guarde"-humilde barcaza arenera adaptada por los hombres-rana de Potter para arqueología- y, tras ofrecerles dinero por cada cadáver que recuperen, implora su ayuda. Robert Stenuit, Florent Ramaugé y John Payne Nathan rechazan el dinero, navegan con premura al estrecho interinsular (supuesto cementerio marino) donde perciben hedor y espuma marrón; se sumergen, tocan fondo y divisan una red de pesca y otros restos.

"Los hombres-rana buscarán los cuerpos", titula la prensa del día 14 junto a una imagen del "Dios te Guarde" . El mar revuelto, las tormentas€ solo lo impiden el día 16 pero los submarinistas planifican la búsqueda, visitan Moaña y escuchan a familares:

-Somos pobres, no podemos pagar los rescates...

-Nuestra misión es de hermandad -aclara Florent- y si Dios favorece con algo de mar calmo€

El sábado 17 "El Caso", semanario madrileño, abre con: "Tragedia en el mar gallego". Mientras, los buzos peinan A Porta desde la punta hacia fuera. Hacen inmersiones alternas; en la sexta Florent divisa el tanque del buque, Robert la hélice y en una depresión arenosa topa timón, botas y€ ¡un pálido fantasma oscilante, inflado! Cuenta once: desnudos o vestidos, blancos cual mármol, desmembrados tras larga semana expuestos a los agentes marinos. Vuelve a la necrópolis con John y Florent, quien la compara con los restos de una batalla "como si finaran con resignación". Uno impresionaba por sus manos sobre el pecho y dedos entrelazados: como recién muerto en su lecho.

Rescates

¡Han rescatado a once! John topa el barco, al que acopla una eslinga e izan la hélice. Cerca hay una lancha de familiares aliviados y llega otra, cuyo suboficial manda portar cuerpos a los arqueólogos pues "no queremos que el barco de la Marina huela a muerto", motivando la explosión de Johnny. La retirada de marinos a su proa sin ayudar con los cadáveres, y vómitos de algún uniformado en su tajamar.

El 18 hay otro funeral con altos cargos, dolores de humildes, sollozos y afecto hacia los buzos. Bendicto Conde (Bene) mira como Pepa Pedriña -que perdiera un hermano en el mar y ahora a su último apoyo- va al Camposanto airada, aprieta un traje festivo y lamenta: "¡Meu filliño! Debe ter€ frío e traiolle a roupa limpiña para que se mude e se quente".

El equipo de hombres-rana sigue su busca de cadáveres y rescatan a otros cuatro. El lunes 26, flotando, al padre de uno ya inhumado. El día 27 Bene loa a los hombres anfibios por„sintetizo„ejecutar los más duros y peligrosos trabajos en el misterio de las aguas, campo de batallas y riesgos: se lanzaban en el fango de Rande buscando tesoros y, ahora, en busca de hermanos vencidos para estrechar con amor sus cuerpos, subirlos y entregarlos, lo que es digno de gratitud por su civismo y solidaridad. Ese día los donativos alcanzan 108.627 pts. y se extraen entre uñas de granito dos cuerpos descompuestos. Hay quien divulga el fin del rescate: ¡Todos recuperados! Pero faltan cinco.

El Sindicato de Pescadores dona 35.000 pts. en Moaña y la suscripción alcanza las 112.863. El 29 encuentran otro cadáver boyando; Faro reitera sus esfuerzos y resultados humanitarios ¿Y los buzos? ¡Seguirán! Rebuscaron, con pesar, hasta el último desaparecido oficial: su gesta grupal fue heroicamente humana. Los altruistas hombres-rana padecieron secuelas: asiduas y fatídicas pesadillas, truculentas visiones€ pero sintieron reconocimiento. Volvieron a sus exploraciones en Baiona.

Sada y Panxón acogieron huérfanos del "Ave del Mar", como "O Caramuxo", futuro humorista en TVG. Ya adolescentes volvían a casa, o a un piso prestado al P. Aramburo en Vigo para estudiar en Salesianos; un ghanés hizo enfermería€

Siete años después del naufragio del "Ave del Mar", la víspera de Reyes de 1964 la lancha "Centoleira" chocó con un bou; se rescataron 16 muertos€ también de Moaña.

En 2006 hubo homenajes. En 2014 expiró Potter sin menciones. En 2015 volvieron a Galicia Owen y Stenuit pero pocos conocen -no quien les publicita como ávidos cazatesoros- sus actos, libros, reportajes€ Su legado a nuestra microhistoria. ¿O Historia?

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