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Nuria Oliver: "Vivimos entre tecnología, pero no sabemos cómo funciona; es casi un mundo de magia"

"Muchos adolescentes no pueden estar sin móvil; estamos perdiendo la emoción del aburrimiento, que está relacionado con la creatividad"

La directora científica de Telefónica I+D Nuria Oliver

Nuria Oliver (Alicante, 1970), directora científica de Telefónica I+D, es una de las referencias nacionales en investigación informática. Es ingeniera en telecomunicaciones y doctora por el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Habla rápido, casi tanto como avanza la tecnología. Ella divisa hacia dónde se dirige el futuro digital. En esta entrevista describe el panorama y cómo serán las relaciones hombre-máquina.

-Usted ha trabajado en la llamada informática persuasiva. ¿Eso consiste en que la máquina mande sobre los hombres?

-Quizás el nombre no es muy afortunado. La informática persuasiva ayuda a las personas a cambiar un comportamiento que ellas quieren cambiar. Dormir más, comer mejor o dejar de fumar. Se llama persuasiva porque la idea no es dar órdenes a las personas, sino utilizar unas técnicas que están muy basadas en la psicología. La más básica es simplemente que tú sepas cuánto estás caminando o cuántos pasteles has comido hoy. Porque los seres humanos somos expertos en mentirnos a nosotros mismos. También hay otras estrategias: los premios virtuales.

-De hecho desarrollaron un juego para móvil para los que tienen que tomar medicación...

-Sí. Movilpill. Utilizaba técnicas persuasivas para mejorar la adherencia a la medicación, que es la cuarta causa de muerte. Entre un 30% y un 50% de las personas no toman la medicación correctamente. Con Movilpill jugaban con más personas y según cómo de bien se tomaban la medicación se clasificaban. Lo validamos con personas mayores en Andalucía y obtuvimos resultados muy positivos. Conseguimos mejorar la adherencia a la medicación en un 60 por ciento.

-Usted habla de la "armada invisible", de los móviles que todos llevamos encima. ¿Esa armada sirve para controlarnos o nos ayuda?

-Lo importante es entender que la tecnología es una herramienta. Puedes preguntarte: ¿un cuchillo salva vidas o mata? La clave está en ser sabios y en cómo utilizamos esa herramienta, en conocerla muy bien para tener oportunidades de un impacto positivo. El primer paso, fundamental, es que haya más conocimiento tecnológico del que ahora tiene la sociedad. Será muy difícil tomar decisiones informadas sobre cualquier tecnología si te suena a chino y no sabemos qué ramificaciones puede tener. Hay una paradoja en el hecho de que vivimos rodeados de tecnología y no podemos vivir sin ella, pero no sabemos cómo funciona. Es casi magia. Vivimos en un mundo de magia. Y no podemos seguir así.

-Pero el avance tecnológico es tan acelerado que resulta casi imposible estar al día.

-Es verdad que hay una aceleración del progreso tecnológico. En general, los fenómenos tecnológicos tienen un crecimiento exponencial y los humanos tenemos dificultades para entender los fenómenos exponenciales. Nos cuesta mucho incluso hacer predicciones. Pero, al tiempo, si tienes un conocimiento de base es más fácil poder entender las cosas que están pasando. La clave es tener ciertos conocimientos básicos. Creo que no hemos llegado ahí todavía.

-¿Más alfabetización digital a los niños?

-Sin duda. Yo hablo de "eruditos digitales" en contraposición a los "nativos digitales". Hay una brecha entre la realidad educativa y la del mundo real que viven los niños. Lo que aprenden en el colegio está muy desconectado de su vida diaria. De la misma manera que enseñamos a leer y a escribir, sería muy importante enseñar competencias sobre pensamiento computacional. Y sobre este concepto de eruditos digitales yo enfatizo mucho que cada vez será más importante invertir en desarrollar la inteligencia social y la inteligencia emocional. Porque conforme desarrollamos este vínculo tan íntimo con la tecnología y conforme esta tecnología cada vez es más potente, tenemos que ser capaces de cultivar habilidades que, mientras seamos la misma especie que somos ahora, van a ser muy importantes.

-Habilidades como...

-Por ejemplo, aceptar la gratificación a largo plazo. La tecnología nos gratifica instantáneamente. Por eso chequeamos el móvil de 150 a 200 veces al día. Sin embargo, la mayoría de los estudios encuentran correlaciones muy positivas entre la habilidad de aceptar una gratificación a largo plazo y el tener menos probabilidad de sufrir adiciones o de tener enfermedades mentales. Otra habilidad importante es estar contigo mismo, estar aburrido. Es algo que estamos perdiendo como especie. Los adolescentes no pueden estar sin el móvil. Pero si el aburrimiento existe como emoción es porque nos ha aportado valor como especie. De hecho, muchos estudios encuentran correlaciones entre aburrimiento y creatividad. Porque cuando no estás estimulado -ésa es la definición del aburrimiento- le das una oportunidad a tu cerebro a pensar.

-Relación íntima con la tecnología. Los móviles son prótesis intelectivas. ¿Hasta qué punto el móvil te hace tonto?

-En un estudio reciente llamado "Unplugged" pidieron a adolescentes que estuvieran desconectados durante 24 horas. Hubo un porcentaje alto que fueron incapaces de conseguirlo. Decían que consideraban el móvil como una extensión de su cuerpo. "Es como si me amputases algo", decían. Es muy importante enseñar a hacer un uso racional de cualquier cosa y, en particular, de la tecnología. Tenemos que preguntarnos: ¿me está aportando algo ahora mismo lo que estoy haciendo? ¿Me está aportando algo positivo estar mirando el móvil a las tres de la mañana o no? Es la pregunta que no nos hacemos. El hecho de que tenemos una relación simbiótica íntima con la tecnología es algo inevitable y probablemente irá a más. Hay muchas tendencias que contribuyen a lo que yo llamo la desaparición del móvil, porque la miniaturización nos van a permitir llevar la tecnología puesta. Pero lo que tenemos que preguntarnos cada uno de nosotros es cómo la tecnología puede mejorar nuestra calidad de vida. ¿Lo que estoy haciendo ahora está mejorando o no mi calidad de vida?

-Dígame tres o cuatro tendencias tecnológicas que marcarán nuestro futuro.

-Hay muchas. Una de ellas es todo lo relativo al "wearable", a los chips implantables, a las ropas inteligentes, a la simbiosis entre el silicio y nosotros en un contexto casi siempre médico, para monitorizar señales fisiológicas, enfermedades crónicas, personas con discapacidades... Otra sería la inteligencia artificial. Se habla de que estamos en la segunda edad dorada de la inteligencia artificial. La combinación de cantidades ingentes de datos, con capacidades de computación y de almacenamiento exponencialmente mayores, ha permitido que algoritmos de inteligencia artificial que, más o menos, están inspirados en algoritmos de los años 60 se pueden implementar y entrenar con todos estos datos. Otra tecnología no tan inminente, pero que incita mucho a la reflexión, es todo lo relacionado con la realidad virtual. O la realidad aumentada. O los displays donde se estimula directamente la retina. El aspecto positivo es que nos libera de la esclavitud de tener que estar mirando hacia abajo una pantalla pequeña. El aspecto que, a nivel social, tenemos que preguntarnos es el que está relacionado con la creación de esta realidad virtual que pueda aislarnos de la realidad real.

-"Matrix".

-Exacto. Otra tendencia tecnológica es la explosión de datos, el "big data". Los datos en sí mismos son basura digital si nadie es capaz de entender qué tienen. También hay otra área que potencialmente puede tener mucho impacto, pero ya más lejano, que es la informática cuántica, que puede revolucionar el paradigma...

-¿Qué reto tecnológico es el que más le preocupa?

-A nivel más global, el uso de la tecnología, el tener un conocimiento de la tecnología y hacer un uso responsable de ella. Y a nivel técnico, una de mis áreas principales de trabajo es la inteligencia artificial. Tener la misma capacidad de computación que el cerebro humano no quiere decir que tengas un cerebro humano. Aunque es un primer paso... Cada vez tenemos máquinas más potentes y habrá que tener un debate social para saber hacia dónde queremos ir y cómo podemos utilizar esta tecnología para que tenga realmente un impacto positivo en la sociedad. Los científicos que yo conozco, incluyéndome a mí misma, tienen como aspiración tener impacto positivo en el mundo. Pero tampoco se puede ser inocente con relación a lo que se está trabajando. Lo importante es tener una conversación informada, poner las cosas en una balanza.

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