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Talleres para mejorar la inteligencia emocional

Psicólogos imparten este verano dos cursos de psicoeducación: uno centrado en la autoestima y otro en el control de impulsos y de la ira

Emociones como la tristeza y la ira se pueden manejar con psicoeducación.

La inteligencia emocional se define como la habilidad para percibir, asimilar y comprender emociones propias y de los demás, y así poder usar esa información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento. Tal y como indica María Ferreiro, psicóloga directora de un gabinete especializado en el tratamiento de trastornos de la conducta en Vigo, "la inteligencia emocional se educa, tú tienes que saber controlar las emociones manejando los pensamientos". Dejarse dominar por las emociones o caparlas produce malestar psicológico y desarreglos que en algunos casos requieren asistencia clínica. En este contexto, el gabinete que dirige esta profesional impartirá este verano dos talleres de psicoeducación: uno centrado en la autoestima y otro en el control de impulsos emocionales como la ira. Ambos van destinados a adolescentes desde los 13 años, jóvenes y adultos. "Están indicados para la población en general, todos deberíamos pasar por este tipo de acciones de psicoeducación, aunque en este caso los orientamos a personas que se sienten mal consigo mismas por estos motivos o los que le rodean ven que tienen un problema de este tipo"

En el primero de los talleres, el de la autoestima, los asistentes conocerán que significa este concepto y cómo mejorar los pensamientos negativos que normalmente se encuentran tras la baja autoestima. "El lenguaje interior que tenemos con nosotros mismos, incluso inconsciente, provoca que esa autoestima merme. Por ejemplo, si sales del cine de ver una película y comentas '¡qué buena la interpretación de Robin Williams' y un amigo te corrige y dice que el protagonista era Tim Robbins, puedes pensar dos cosas: me he equivocado, o 'qué tonto soy, no me entero de nada'. El peligro es acostumbrarse a tener ese segundo pensamiento y darlo por válido".

En el caso del control de impulsos y de la ira, esos pensamientos negativos son más difíciles de detectar, ya que la propia intensidad de la situación que antecede al acceso de ira, el nivel emocional que inunda al individuo no le deja discernirlos.

Siguiendo un modelo cognitivo conductual, los dos talleres que se impartirán en julio y agosto, durante una hora y media a la semana, abordarán desde un aspecto teórico-práctico cuáles son esos pensamientos y cómo manejarlos. "Pretendemos que trabajen en el propio curso, divididos por grupos, poniendo en común pensamientos que uno tiene; esto puede parecer intimidatorio en un primer momento, pero en cuanto la primera persona intervenga, alguno de los asistentes se verá identificado con lo que ha dicho y también intervendrá; también llevarán ejercicios para casa que luego tendrán que poner en común en clase; y al final todos verán que aquello que les parecía raro y que sólo les pasaba a ellos, no es único".

El objetivo de esta psicoeducación es que la persona se sienta dueña de sí misma, que puede manejar las situaciones sin dejarse llevar por las emociones. "Tan malo es el exceso como el defecto: una persona que capa sus emociones es poco inteligente emocionalmente; es bueno llorar y estar triste para valorar la alegría, pero hay que aprender a controlar las emociones", concluye María Ferreiro.

La psicoeducación, una asignatura pendiente en los colegios

  • La psicóloga María Ferreiro considera que la psicoeducación y la educación de la inteligencia emocional deberían estar presentes en los programas oficiales de enseñanza y ser una asignatura más en los colegios. "No he vivido ni he conocido ningún modelo educativo en España que tenga en cuenta la inteligencia emocional como una materia aparte de las otras; se plantea como algo transversal, algo que, por ejemplo un profesor de historia debe tener en cuenta a la hora de dar su asignatura si detecta que un niño se levanta continuamente".Para esta profesional, especialista en el tratamiento de trastornos de conducta en niños, adolescentes y jóvenes, el modelo educativo debería tener en cuenta la importancia de la educación de la inteligencia emocional. "Dejémonos de tanto acumular conocimientos y centrémonos más en la psicoeducación", afirma.Según su criterio, los profesionales que deberían impartir esta materia son los propios psicólogos o psicopedagogos, ya que un maestro no está preparado para ello. "En países del Norte de Europa y en Estados Unidos se está haciendo mucho hincapié en este ámbito;_en España cada vez se habla más de esto, se dan charlas, se muestra interés,... pero falta ponerlo en práctica, que los escolares entrenen su inteligencia emocional".

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