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Un proceso próximo a juicio

La Audiencia deja libre a "Papuchi" bajo fianza de 30.000 euros

Carlos Viéitez no podrá residir en Vigo ni acercarse o contactar con las víctimas mientras se tramita el procedimiento -No pudo reunir el depósito de 50.000 euros fijado hace 4 meses

Viéitez en abril de 2017. // A.V.

El hostelero Carlos Viéitez, "Papuchi", acusado de abusos sexuales a una veintena de adolescentes en Vigo por los que la Fiscalía pide penas que suman 54 años de prisión, ha podido abandonar el penal de A Lama tras depositar 30.000 euros de fianza. La magistrada de Instrucción 6 de Vigo había fijado hace cuatro meses una fianza de 50.000 euros a tenor del ritmo de vida de lujo que éste llevaba: yate, coches de lujo... y rechazó, con apoyo de la Fiscalía y de la acusación particular, rebajarla como solicitaba el hostelero.

Finalmente ha sido la Audiencia Provincial quien rebajó a 30.000 euros la fianza al estimar parcialmente el recurso de la defensa, que adujo que si la disponibilidad económica de su cliente fuese de tan amplia disponibilidad como creían las acusaciones, no habría pasado las Navidades en prisión. Ayer mismo se consignaba dicha cantidad en la cuenta del juzgado y su defensa pedía a la Audiencia su inmediata puesta en libertad.

El auto de la juez de Instrucción del caso que acordaba la fianza e Carlos Viéitez bajo fianza de 50.000 euros, recogía otros requisitos que ahora tendrá que cumplir el acusado. Así, a petición de la Fiscalía y de las acusaciones, no podrá residir en Vigo y se le impone la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de casi una veintena de perjudicados o de comunicarse directa o indirectamente con ellos durante la tramitación del procedimiento. Un tiempo en el que tampoco podrá salir del territorio nacional.

La Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo da, en parte, la razón al abogado defensor de Carlos Viéitez -que solicitaba 25.000 euros de fianza- porque "debe ser accesible y proporcionada a las condiciones económicas y posibilidades del investigado, pues la imposición de una fianza inasumible equivale a una negación de la libertad". Los 50.000 euros fijados por la juez de Instrucción, según el letrado, "no pueden ser asumidos ni por él ni por sus familiares, siendo prueba de ello que desde que se dictó el auto no ha sido posible reunir tal cantidad, por lo que continúa en prisión". Y es que para el letrado del hostelero éste llevaba una vida de lujos prestados: era "usuario y no titular de bienes cuyo valor en el mercado es ínfimo, vehículos con 12 años de antigüedad adquiridos por leasing y cuya vía de apremio ha sido iniciada por la entidad bancaria".

La Audiencia, no obstante, opta por fijar 30.000 euros de fianza como más proporcionada para que suponga un freno a una posible fuga, y sin resultar tan desproporcionada como para hacerla irreal en la práctica.

Carlos Viéitez, de 42 años, llevaba casi un año en prisión, desde que a finales de abril del año pasado fue detenido. Se le imputan varios delitos de abusos sexuales a adolescentes, de exhibicionismo y de provocación sexual. La Fiscalía, que pide penas que suman 54 años de prisión y multas, sostiene que que "Papuchi", como le conocían los menores, se aprovechó de su trabajo en un restaurante en la zona de moda de los jóvenes para entablar contacto con ellos.

La declaración de las víctimas y el volcado de teléfonos y ordenadores resultaron claves al comprobarse los mensajes de WhatssApp y Snap Chat. Así, se considera acreditado que el hostelero entraba en contacto con los chicos en el restaurante que regentaba en Montero Ríos, se ganaba su confianza y les enviaba fotos y vídeos de contenido sexual creando un ambiente de cercanía abordando el tema sexual entre bromas.

En su local les daba trato especial y les servía alcohol, reuniéndose con ellos en el reservado del restaurante, donde les grababa, y también organizando quedadas sexuales en su casa a través de dos grupos de WhatsApp que creó, uno tenía por nombre "lo más porno". Les hacía regalos, les paseaba en dos coches de lujo, uno de ellos un Maserati; viajaban y se bañaban desnudos por la ría en su yate "Ipanema" e incluso a varios los invitó a ir a un prostíbulo donde compartieron juntos lecho con una prostituta.

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