En 2013 una operación conjunta de la Policía Nacional española y la Gendarmería argentina asestaba un importante golpe a un grupo de narcos que quería abrir una ruta de contenedores para transportar cocaína diluida en biodiésel entre ambos países e introducirla en Europa a través del Puerto de Vigo. Y tres años después el caso llegó a juicio. La vista fue ayer en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago de Compostela, y dos de los cinco acusados, Miguel Ángel P.R. y Manuel I.R., aceptaron según informa Efe una condena de 5 y 6 años de cárcel, respectivamente, así como el pago de una millonaria multa. Los otros tres procesados, a los que se consideraba en el escrito de calificación provisional del fiscal supuestos colaboradores de los dos anteriores, resultaron finalmente absueltos.

Fue en el verano de 2013 cuando Miguel Ángel y Manuel viajaron a Argentina y contactaron con personas de ese país para adquirir 60 kilos de cocaína: disfrazaron esa adquisición ilícita con un contrato de compraventa de bidones de biodiésel, en uno de los cuales iría disuelta la droga, sustancia que una vez llegase a su destino, Galicia, sería extraída mediante procesos químicos. La Fiscalía señala en su escrito que el objetivo era vender al por menor esa sustancia.

Pero el envío de droga fue interceptado por las autoridades argentinas y a su vez un juzgado de Santiago, en el que en ese momento estaba el magistrado José Antonio Vázquez Taín, participó en este operativo. Desconociendo esto, los ahora condenados fueron al puerto de Vigo tras la llegada de los contenedores de biodiésel, que serían trasladados a Gondomar y Villamarín. Su plan, sin embargo, resultó frustrado por el control policial que había sobre el envío. Y es que tras esa entrega controlada se produjeron los arrestos. Hubo hasta ocho detenciones simultáneas a ambos lados del Atlántico.