Pisar las líneas continuas, adelantar por la derecha, saltar o stop o un ceda, pisar las líneas continuas, hablar por el móvil o no llevar el cinturón de seguridad? Son las infracciones más habituales cazadas por el helicóptero de Tráfico en Galicia, Abeja 23. Pero en la operación salida de Semana Santa, una nueva conducta de riesgo al volante se suma a la lista de multas desde el aire. Un conductor fue interceptado mientras leía un libro durante el mediodía de ayer en la N-VI, a la altura de la parroquia coruñesa de Guísamo, en Bergondo, en el punto kilométrico 580,3 en dirección Lugo. Las imágenes captadas por el helicóptero de la DGT muestran la habilidad del automovilista al pasar con soltura las hojas de la obra que le entretiene al volante.

La infracción fue detectada durante el operativo especial de Semana Santa puesto en marcha por Tráfico, que este año se centra en las carreteras secundarias ya que en este tipo de vías se producen más del 80% de los siniestros mortales ocurridos en la red viaria.

Efecto disuasorio

Abeja 2. Es el nombre de guerra del único helicóptero de Tráfico que opera en Galicia. Su presencia, como la de los agentes de la Agrupación de la Guardia Civil, pretende crear un efecto disuasorio entre los automovilistas más kamikazes al volante. Pero la vigilancia no es su única misión. Las tareas del Abeja 23, con base en el aeropuerto de Alvedro, también incluyen la regulación del tráfico. Por ejemplo, tras un accidente o durante los temporales de nieve y granizo, controla desde el aire la congestión circulatoria y plantea vías alternativas.

Las infracciones más comunes detectadas desde el helicóptero son los adelantamientos indebidos (33%), seguidas de las líneas continuas y cebreados (29%), señales de prioridad (22%) y giros incorrectos (11%). Entre el 5% restante está el uso del teléfono móvil o la falta de cinturón de seguridad o del casco.

Aunque la cámara que lleva Abeja 23 no tiene incorporado ningún sistema de detección de velocidad, en la práctica permite que los conductores que excedan mucho los límites sean denunciados por conducción temeraria. Este helicóptero suele patrullar unas tres horas y media cada día, aunque la lluvia y las nubes también condicionan los vuelos, según apunta uno de sus pilotos. Tras cada salida, la tripulación del helicóptero suele regresar a tierra con una media de cuatro o cinco denuncias, aunque esta cifra se multiplica durante los fines de semana, festivos y puentes hasta las 15 o 20.

Las carreteras seleccionadas suelen ser puntos conflictivos en los que la infracción es segura: los stop que la mayoría se saltan, la línea continua que casi nadie respeta o el cambio de sentido improvisado. De hecho, las infracciones más habituales caza- das por el Abeja 23 son los adelantamientos indebidos y las líneas continuas.