El vigués D. V.R., un extoxicómano que en 2005 protagonizó una campaña con apoyo especial de sus vecinos de Bembrive en busca de un indulto que no consiguió, volvió ayer al banquillo de los acusados por un delito de conducción temeraria.

Iba al volante de su coche cuando el 19 de marzo del año pasado protagonizó una espectacular persecución policial en Vigo sin que hiciera caso al alto que le daban cuatro patrullas de la Policía Nacional. Finalmente un coche patrulla le bloqueó a la salida del túnel de Beiramar,. En el juicio celebrado ayer en Penal 3 de Vigo, alegó que no se enteró de que tuvo una colisión con un coche estacionado, ni de que le daban el alto con luces y sirenas y le perseguían "porque llevaba la música muy alta".

Daños en comisaría

El fiscal le imputa un delito de conducción temeraria bajo los efectos del alcohol, resistencia a la autoridad -uno de los agentes que le detuvieron resultó lesionado- y también una falta de daños, pues en los calabozos de la comisaría rompió a patadas el interruptor de luz. En concreto solicita dos penas de seis meses de prisión, dos multas que suman 4.320 euros y la retirada del carné de conducir un año y medio.

Un agente de paisano declaró que le siguió desde el centro comercial de Gran Vía, de donde salió a gran velocidad comprobando como colisionaba con un vehículo aparcado, se saltaba semáforos en rojo y adelantaba por donde podía. Los agentes que le interceptaron declararon que les insultó y trató de agredirles -por lo que tuvieron que reducirlo- y se negó a la prueba de alcoholemia.

D.V.R. aseguró que paró él solo el coche y que resultó agredido, pues acabó "con un brazo roto". Su abogada pidió el visionado de las cámaras del Puerto de su detención y solicitó su absolución. Explicó que no iba ebrio, sino bajo la influencia de benzodiacepinas porque tenía una depresión.