María José Alonso, catedrática de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), es la investigadora más influyente en el área de Ciencias de la Salud en España, atendiendo al índice de citación de sus trabajos científicos. El ranking del índice-h, el indicador más relevante del impacto de las publicaciones científicas dentro de un área específica, le otorga un índice-h 67, con más de 14.800 citas de sus publicaciones, ocupando así la posición más alta entre todas las investigadoras en este ámbito. En España, el impacto de las publicaciones científicas firmadas por mujeres en las múltiples áreas del campo de la investigación en salud, se encuentra por debajo de sus compañeros varones, con la excepción del área de Farmacología y Farmacia, donde la profesora Alonso figura a la cabeza. La investigadora atendió a FARO unos minutos mientras embarcaba en el avión que le trajo ayer de vuelta a Santiago, procedente de un congreso sobre nanomedicina.
-¿Qué es la nanotecnología?
-La nanotecnología permite obtener nanovehículos que dirigen un fármaco a la diana, bien para tener una vacuna más eficiente o para tener un fármaco también más eficaz. Los nanomedicamentos se diferencian de los que ya conocemos en que llevan el fármaco introducido en un nanovehículo que le ayuda a alcanzar su diana terapéutica de una forma más eficiente, con lo cual son fármacos son más eficaces y menos tóxicos. La nanotecnología es una de las tendencias en el desarrollo de nuevos fármacos innovadores porque cuando hablamos de los biofármacos son moléculas que efectivamente van acompañados de un vehículo que las acompañe donde tienen que ir, que las proteja frente a su degradación y que las ayude a ser más efectivas.
-También se dirigen a las células metastásicas.
-Efectivamente. Este es un hallazgo reciente en el que estamos muy involucrados gracias a un proyecto de la Xunta. Con este proyecto pretendemos valorizar una tecnología que tiene visos de poder dar buenos resultados clínicos. Todavía estamos en preclínica pero los resultados son muy llamativos porque accedemos no solo a células tumorales, sino también a metastásicas, erradicándolas en modelos de ratón.
-Estos días, con motivo del 8-M se está hablando mucho de techo de cristal. ¿Se nota en la ciencia?
-Claro que se nota, sobre todo porque al haber menos mujeres en posiciones de liderazgo no hay tantos referentes. Es verdad que esta presencia ha aumentado en los últimos años, pero las mujeres catedráticas y las mujeres líderes de grupo aún así seguimos siendo minoritarias. Y esto frena. Hay una tendencia cultural y al haber menor referentes hay menos tendencia a seguir esa línea.
-Algunas científicas españolas hablan de penalización laboral a causa de la maternidad.
-Que duda cabe que mientras sea la mujer la que pide la baja esto representa un retraso de trabajo. De todas formas, yo considero que la baja maternal es algo muy irrelevante en toda una carrera científica. Yo creo que más bien es a continuación, cuando la madre sigue ocupándose preferentemente, mucho más que el hombre, de los hijos e incluso de los padres. Y esto hace que a veces su rendimiento laboral se vea resentido. Yo sería partidaria de que los hombres también tuviesen baja paternal y que incluso que no fuera intercambiable, sino que la hubiese para los dos, pero a la vez reconozco que ese tiempo es realmente poco notable en una carrera. Lo más importante es qué es lo que ocurre después: cuál es el nivel de dedicación y de responsabilidad del hombre y la mujer en la familia y las consecuencias que esto tiene para el trabajo de la mujer generalmente.
-¿Qué opina de la huelga convocada para hoy?
-La veo muy positivamente. Yo creo que es importante hacer ruido porque la mujer necesita mayor reconocimiento. Yo trabajo con muchas mujeres y siempre lucho muchísimo para que no abandonen la carrera, para que mantengan el nivel de ambición, sobre todo cuando ves un gran potencial, y creo que hay muchos lastres socioculturales y familiares que frenan grandes carreras. Sí, tiene que verse, efectivamente, que no tiene sentido que la mujer esté en la posición en la que está.
