"Uno de los grandes problemas de España es que siempre tuvo pocos amigos en Europa, por lo que estuvo muy aislada". Esta fue una de las pinceladas sobre la historia de España que dio Domingo de Silos Manso (Zaragoza, 1944) durante la presentación de su primera novela, "La Onza de Oro" en el Club FARO. En una conferencia-coloquio que presentó Basilio Rodríguez Cañada, presidente del Grupo Editorial Sial Pigmalión, el diplomático no solo desgranó algunos de los detalles de la historia de Engracia, "Cita", sino de la historia de España de la segunda mitad del siglo XX. "España ha cambiado tanto desde 1940, año en que arranca la novela, hasta 1990, cuando acaba, que parecen dos países diferentes", aseguró el diplomático, que ha sido, además, director general de relaciones externas de Prensa Ibérica y miembro de la Junta Directiva de los Editores Españoles (AEDE), entre otros cargos.

Como ejemplo, aportó la esperanza de vida de uno y otro años: 50 en 1940 y 78 en 1990. Asimismo, recordó que a principio de los cuarenta más de la mitad de la población vivía de la agricultura, frente a un 11% de finales del siglo XX.

"Cita", que en su primer encuentro con el lector tiene ocho años, es la hija de una costurera viuda que vive en una ciudad de provincias y que a pesar de sus orígenes humildes y de ser mujer, es capaz de convertir una pequeña fábrica de chocolate, "La Onza de Oro", en una empresa pujante. "Todas las sociedades les deben mucho a sus mujeres. Y este es mi homenaje a todas ellas", afirmó Domingo de Silos Manso.

"Podía haber elegido un hombre como protagonista, pero me pareció mucho más interesante que fuera una mujer porque tiene un enorme sentido común, y porque en aquellos años emprender un negocio y adquirir una posición social de peso era mucho más complicado para una mujer", afirmó el autor de "La Onza de Oro", novela ganadora del Premio Sial Pigmalión de Narrativa 2007 y que publica esta misma editorial.

"Cita" es, según su creador, "una mujer extraordinaria dentro de una vida normal". "No es una Marie Curie que descubre algo nuevo, sino una señora que monta una gran empresa usando su sentido común", manifestó. A pesar de ello, reconoció que la mujer no ha tenido siempre el reconocimiento que merece. "La mujer en España ha ocupado a menudo un segundo plano", manifestó.

"La Onza de Oro" tiene un claro guiño a Vigo, a través del Citroën Dos Caballos que conduce la protagonista, un modelo fabricado en Vigo con el que empieza a comercializar su chocolate por los pueblos de alrededor y al que no renuncia ni siquiera cuando alcanza una posición social y económica de peso.

Pero Domingo de Silos, a quien el presentador del acto calificó como "un humanista del siglo XXI", habló de la política de no beligerancia durante la II Guerra Mundial, que aisló aún más a un régimen dictatorial que no despertaba simpatías en Europa; del Plan de Estabilización aprobado en los sesenta para impulsar la economía; de cómo el gobierno franquista consiguió cerrar un acuerdo de comercio con Europa, "que se tardó en conseguir ocho años", matizó el diplomático y escritor, y de las dificultades que suponía ser diplomático en aquella época.

Según el ponente, hubo dos acontecimientos que permitieron una tímida apertura del país en la década de los cincuenta. Uno, el acuerdo firmado con Estados Unidos para la instalación de sus bases militares en territorio nacional, y el otro el firmado con la Santa Sede, en 1953, que tardó trece años en cerrarse.

También habló sobre la emigración, uno de los fenómenos que contribuyeron a la expansión económica del país en la década de los sesenta. "La emigración exige siempre un gran esfuerzo pero ha tenido también su recompensa. Muchos españoles que emigraron a América, muchos desde el puerto de Vigo, y a países de Europa como Alemania, Suiza, Holanda y Francia, alcanzaron buenas posiciones y tuvieron cuando se jubilaron mejores pensiones que los de aquí", afirmó.

Pero De Silos Manso también se refirió a la situación actual de España, que despegó, aseguró, a partir de la transición, y destacó el importante papel del rey emérito, don Juan Carlos, en el proceso de apertura del país y como diplomático. "Un empresario estadounidense me dijo una vez que ojalá pudiera tener él un representante como don Juan Carlos", aseguró.