La probabilidad de que un joven menor de 35 años se vea implicado en un accidente automovilístico con víctimas es 1,6 veces mayor que entre conductores que superan esta edad, según el "II Informe sobre la Juventud al Volante. Por qué es necesario ser prudente", elaborado por la Asociación Empresarial del Seguro (UNESPA). La menor percepción del riesgo, su escasa experiencia al volante y la sobrevaloración de la capacidad de reacción son los principales factores que lo explican, según dicho estudio, que "pone nota", del 1 al 10, a la conducción de los jóvenes, según los datos de siniestralidad correspondientes a la Estadística de Seguros de Automóviles (ESA) de 2016.

El informe, que no incluye el factor derivado de la presencia de alcohol y drogas en la conducción, revela que la probabilidad de sufrir un percance al volante desciende conforme el conductor gana experiencia al volante. De esta manera, un joven con solo un año de carnet tiene 3,7 más probabilidades de tener un accidente grave (con daños corporales) que un conductor experimentado, esta diferencia cae a 1,6 veces al alcanzar los diez años de antigüedad.

Pero no todos los jóvenes conductores presentan el mismo grado de accidentalidad. La prudencia al volante también tiene diferencias territoriales y aquí los conductores pontevedreses tienen la cuarta peor nota del país en la lista unisex. Solo los superan en malas notas los conductores de Sevilla, Cádiz y las Palmas, en una lista que componen 50 provincias.

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El resto de jóvenes gallegos tampoco quedan mucho mejor parados al volante y se sitúan en la "Zona de suspenso", junto con otras 24 provincias. Así, los de A Coruña se sitúan en el puesto 21 de las provincias con peor nota, los de Ourense en el 27 y los de Lugo en el 32. En la zona de "Suspenso alto" se encuentran los conductores de otras 11 provincias, mientras que solo aprueban los jóvenes conductores de seis provincias: Soria, Segovia, Cuenca, Ciudad Real, Huesca y Ávila.

El estudio también analiza las diferencias al volante entre ambos sexos. En el conjunto del país, apenas hay diferencias significativas en la siniestralidad entre hombres y varones menores de 36 años cuando se trata de accidentes graves. Los varones puntúan mejor en una mitad del país y las féminas, en la otra.

En el caso de Galicia, los hombres registran menos accidentes de tráfico graves que las mujeres, salvo en la provincia de Lugo, que es al revés. Así, mujeres pontevedresas son las cuartas peores conductoras de España, mientras que los varones son los quintos.

Ningún sexo aprueba en Galicia: en A Coruña, los conductores varones ocupan el puesto 23 y las mujeres el 20; en Ourense los hombres se sitúan en el 30 y las mujeres en el 26, mientras que el Lugo los hombres ocupan el puesto 33 y las mujeres el 30.

También sacan mejor nota que las mujeres, los conductores en la costa mediterránea, Madrid y algunas provincias colindantes a la capital, mientras que en Asturias, Aragón, gran parte de Castilla y León, y Andalucía ganan las mujeres.

Las mujeres con menos siniestralidad grave son las de Soria, seguidas por las de Cuenca. En cuanto a los hombres, los de Segovia son los que obtienen mejor nota y en segundo lugar, los de Soria.

Sin embargo, el estudio también destaca que las mujeres conducen mejor en ciudad que los hombres. Dentro de Galicia, las ourensanas son las que sacan una mayor ventaja a los varones, con una nota un 16% superior, En el lado opuesto se sitúan las de Pontevedra, con una nota solo un 1% mejor que la de los varones.

Este segundo informe de Unespa diferencia entre la siniestralidad grave y la leve (daños materiales), propia de la conducción urbana. En el caso de estos últimos, Pontevedra sigue siendo la provincia gallega con peor nota, aunque sube a la "Zona de suspenso" (puesto 16), mientras que las otras tres provincias obtienen un "Suspenso alto" y se sitúan en los puestos 28 (A Coruña), 43 (Lugo) y Ourense (45). Respecto al sexo, las mujeres obtienen mejor puntuación que los hombres en Ourense (5,01 frente a 4,31), en Lugo (4,68 frente a 4,5) y en A Coruña (4,25 frente a 4,06). En Pontevedra, es al revés: 3,83 las mujeres y 3,86 los hombres.