"Eres lo mejor que te ha pasado... ¡Quiérete!". Con esta frase en el proyector recibió Mercè Brey a los asistentes ayer a CLUB FARO, donde impartió una conferencia homónica. En ella, facilitó innumerables consejos vitales arropados de aseveraciones como "todos tenemos un don para cumplir nuestra misión en el mundo". Para saber cuál es, animó a "pensar las cosas con las que pierdes la noción del tiempo cuando las haces porque estás disfrutando; debes pensar cuando eras pequeño, con qué cosas pasabas horas y horas sin levantar la cabeza". Si no lo recuerdas, "pregunta a tu círculo qué haces realmente bien".

Brey -que ha sido directora de Comercio Exterior de CaixaBank; directora comercial de Negocio Internacional del Banco Sabadell; profesora en varias universidades; y ahora escritora de manuales de autoayuda- puntualizó que "nuestro ego nos hace pensar que nuestra misión (en el mundo) tiene que ser grandilocuente, que levante admiración de los demás" cuando, realmente, el fin de la gran mayoría de la población es más sutil. Por ejemplo, la misión de un maestro consistiría en inspirar a sus alumnos. "Todas nuestras misiones aportan algo positivo para el mundo", agregó.

Mercè Brey -que fue presentada en CLUB FARO POR Elba Pedrosa, consultora y delegada en Galicia de la Fundación Creativación- arrancó su conferencia interactuando con el público, al que planteó una pregunta: ¿cuáles son las cosas que más os gustan de vosotros, de la que estáis más orgullosos, en el plano físico, intelectual y emotivo?".

Les pidió que anotaran el número y, al final, preguntó cuántos habían anotado más de 15; cuántos habían superado las 10 y cuántos habían concluido más de cinco. La práctica totalidad de la audiencia se circunscribió al último grupo.

"Si preguntara la lista de defectos, seguro que la lista sería más larga, y no tendría que ser así. Todos somos frutos del universo, en esencia somos maravillosos", de ahí que la finalidad de la conferencia fuese darse cuenta de lo "maravillosos que somos".

Para ello, Brey sacudió las mentes y las butacas con una, aparentemente dura pero realista acusación: "La gran mayoría de ustedes están desequilibrados; yo también". Ese desequilibrio se da cuando uno responde de forma exagerada a algún estímulo o situación externo. "No estamos desequilibrados psíquicamente, tenemos desequilibrada la energía. Estamos constituidos de energía, por un lado, energía femenina y, por otra parte, masculina".

La masculina incluiría la energía activa, determinante; mientras que la femenina supondría la capacidad para la comunicación y la creatividada. Esas dos energías deberían estar equilibradas en el ser humano.

La conferenciante explicó que "tener la energía masculina desequilibrada" supondría que en un momento determinado o muchos fluya en la persona "el materialismo, individualismo, egoísmo". Como la energía femenina es la que nos permite conectar con nosotros mismos, cuando hay exceso de energía masculina "no podemos conectar con nosotros mismos, vivimos a expensas de estereotipos y de lo que piensan los demás de nosotros", señaló esta consultora, que ha decidido tomarse un año sabático.

Sin embargo, cuando predomina la energía femenina, "nos quedamos imposibilitados, limitados. Tenemos dependencia absoluta de nuestras emociones. Con el predominio de la energía femenina no somos capaces de poner límites, vivimos a expensas de las demandas del exterior", señaló.

Energías

Recalcó que "cuando estamos en equilibrio somos mucho más felices". Para lograrlo, habrá que liberarnos tanto del exceso de la energía fasculina como femenina. Si nos encontramos en el segundo bloque nos pasamos todo el día compadeciéndonos de nosotros mismos. Habría que paralizar ese proceso para atraer la energía Masculina, "vibrando en determinación". Esto se podría lograr poniéndose un reto durante una semana; por ejemplo, decir que no ante una situación. "Otro reto de determinación consiste en dar tu opinión. Cuando estamos dominados por la energía femenina, esta no te permite dar tu opinión, porque vives para adentro", añadió.

Para ganar en energía femenina deberíamos ganar en flexibilidad, amabilidad, por ejemplo sonriendo más, intentado mostrar gratitud por las cosas excepcionales que nos pasan cada día.