La herencia del que fuera cura de la localidad asturiana de El Tineo durante más de 40 años, Cándido García, fallecido el pasado mes de noviembre, asciende a 1,2 millones de euros y cuatro pisos, según los datos que maneja el arzobispado de Oviedo. Los restos del cura serán exhumados en septiembre en su tumba del cementerio de Zardón (Cangas de Onís) tras una demanda de paternidad. La herencia del sacerdote ha impulsado a un supuesto hijo a iniciar los trámites para ser reconocido como tal: el juez ha autorizado la prueba de ADN.

Al caso se refirió ayer en el también municipio astur de Covadonga el arzobispo ovetense Jesús Sanz Montes, quien en la línea de los feligreses y los amigos de Cándido García, defendió su trabajo y legado. Sanz señaló que "sea cual sea" el resultado de las pruebas de paternidad esto "no empañará la imagen ni la labor de Don Cándido, que fue un buen cura". El arzobispo admitió haber recibido la reclamación "con sorpresa", ya que la posible paternidad del sacerdote no se corresponde con su imagen pública. "Si es padre de un chico, esto no empañaría su labor", añadió.

Sorpresa

La cifra de la herencia sorprende en Tineo, puesto que todo el mundo conocía la modestia y generosidad de Don Cándido, como se refieren al sacerdote en el municipio, del que aseguran que "no dudaba dar lo que tenía a quien lo necesitaba e incluso poner dinero de su propio bolsillo" para realizar reparaciones en las diferentes parroquias que llevaba en el ayuntamiento.

El arcipreste Juan José Blanco asegura que este "siempre vivió de una manera austera" y que la fortuna que se le adjudica podría deberse al patrimonio familiar heredado. En cuanto a la demanda de paternidad realizada, Blanco asegura que "si fuera cierto entraría dentro de la normalidad, porque lamentablemente la normalidad es humana y no somos perfectos". Y añadió: "El rumor que me ha llegado es que la persona que reclama la paternidad es bastante mayor, así que puede ser anterior al estado clerical de Don Cándido".