Vigo no suele recibir la visita de la suerte el día del sorteo de Navidad, pero siempre rasca algún premio. En este año fueron un cuarto premio y cuatro quintos lo que repartieron cinco administraciones de la ciudad entre sus vecinos. El más madrugador de todos fue el de mayor cuantía económica, que fue cantado por los niños de San Ildefonso a las 09.14 horas. A esa hora en el Bar Suso, en la calle Sanjurjo Badía, todavía no se habían percatado de que habían sido ellos uno de los locales repartidos por toda España que habían vendido un décimo del número 59.444. "Cuando salió me acordé de un cliente al que ayer -por el miércoles- le había vendido un boleto terminado en 44, pero no imaginaba que podría ser el premiado", explica Arturo Losón, propietario del local.

Fue tras la primera llamada que recibió por parte de los medios de comunicación cuando el dueño recordó la historia del décimo galardonado. "El miércoles tuvimos un día de mucha actividad porque los rezagados querían comprar un último boleto y un cliente, que estaba de paso, me pidió expresamente una papeleta que terminase en 44", rememora Losón, quien añade que "al imprimirla comprobé que terminaba en 444 y se lo advertí al comprador, que lo aceptó de buen gusto".

El propietario de la cafetería no espera que el hombre agraciado vuelva por allí "porque no es un cliente habitual y a lo mejor ni siquiera es de Vigo", pero muestra su enorme satisfacción por repartir alegría en Navidad. "Ojalá sea el primer premio de muchos", desea Losón.

No es la primera vez que este establecimientos otorga grandes premios en alguno de los sorteos de Loterías y Apuestas del Estado, aunque sí es su debut en el sorteo de Navidad. "Aquí hemos sellado Primitiva, Bonolotos y Quinielas con premios pero dar uno en Navidad te llena de alegría", comenta en dueño del bar.

El décimo premiado en la cafetería de Sanjurjo Badía tiene algo en común con el resto de boletos agraciados en la ciudad olívica: todos fueron emitidos en terminal. "Durante un tiempo costó que la gente se alejase de los décimos tradicionales, pero ahora ya te piden el número concreto, aunque tú no lo tengas físicamente en el local", aclara Camilo González, propietario del Quiosco Mi-Bar y que ayer repartió un quinto premio en O Calvario. "Para nosotros no es nada nuevo porque en 2014 dimos dos cuartos premios y en 2013 dos quintos", afirma su compañero de trabajo Camilo González.

Otra administración que ayer estaba de celebración en las calles de Vigo es la que se encuentra en el interior del Centro Comercial Alcampo de Coia. Un quinto premio sirvió para estrenarse el día de la Lotería de Navidad. "Habíamos repartido grandes sumas en alguna Primitiva, pero el sorteo del 22 de diciembre se nos resistía hasta hoy", explica su propietaria Eva Díaz-Tovar. La dueña del establecimiento espera que el haber sido uno de los afortunados de la ciudad olívica les impulse un poco de cara al sorteo del Niño. "Si ya hemos repartido suerte hoy -por ayer-, podemos hacerlo el día de los Reyes Magos y seguro que este premio nos impulsa a vender más décimos en los próximos días", señala Díaz-Tovar.

Los otros dos quintos cayeron a menos de 300 metros de distancia. Son los que separan el bar La Aldeana, en Rosalía de Castro con la calle Pontevedra, de la administración de lotería número 34, en la plaza de Compostela, 12. El 19.152, el segundo quinto, sorprendió a Arantza Sinde, lotera de la sucursal de Loterías y Apuestas del Estado, que seguía el sorteo en directo. "La rapidez es increíble, mientras lo estaba viendo ya me lo comunicaban desde la delegación y estabais llegando vosotros -por los medios de comunicación-".

Sinde reconocía su felicidad por haber entregado el premio aunque mantuvo hasta el final del sorteo la ilusión de poder repartir más dinero entre sus clientes. De la administración solo salió un décimo y a través de un terminal, con lo que desconocía la identidad del agraciado, que ha decidido mantenerse en el anonimato ya que no se personó en la administración ni tampoco llamó.

El mismo número que dio suerte en la Plaza de Compostela lucía en un cartel en la entrada del bar de Antonio David, La Aldeana. El dueño del local negaba saber cuántos billetes habían vendido -aunque temía que solo fuese uno- ni quiénes podían ser los agraciados, pero esperaba haber repartido el premio entre la clientela habitual de su local.

Lo que sí confesó fue la "especial ilusión" que se siente al proporcionar un premio de este calibre. Los ocho quintos que reparte el sorteo de Navidad suponen 60.000 euros cada uno, 6.000 euros al décimo (por cada euro jugado se obtienen 300).

David, que ya ha otorgado algún otro premio, tanto de la Lotería de Navidad como de otro tipo de apuestas, considera que ser agraciados con la suerte atrae a más clientes, que llegan impulsados por la posibilidad de lograr e algún pellizco. El 19.152 lucía en su puerta junto a otros números que le han dado suerte en la década que el establecimiento lleva abierto al público.