El Consejo de Estado de Francia, la máxima instancia administrativa del país, suspendió ayer el veto al burkini en la localidad francesa de Villeneuve Loubet, una decisión que sienta jurisprudencia y podría afectar a la treintena de municipios con decretos similares.

La polémica surgió en Francia a principios de agosto, cuando Cannes fue el primer ayuntamiento en prohibir ese bañador islámico que cubre completamente el cuerpo de la mujer y que sus detractores ven como una provocación al laicismo, las normas de higiene y seguridad.

Casi la totalidad de municipios de la Costa Azul, junto a otros en el norte del país, se sumaron después a esa prohibición, que en algunos casos fue recurrida por organizaciones como la Liga de Derechos Humanos (LDH) o el Colectivo contra la Islamofobia.

Fue el caso de Villeneuve Loubet, una decisión respaldada en un primer momento por el Tribunal Administrativo de Niza, pero que hoy fue rechazada por el Consejo de Estado de Francia. Su dictamen establece que una medida de ese tipo solo puede justificarse cuando quede demostrada la amenaza contra el orden público, lo que no es el caso.

Para el Consejo de Estado, ese decreto de Villeneuve Loubet contra el burkini era "una afrenta grave y manifiestamente ilegal contra las libertades fundamentales", que no tiene fundamento y que, por tanto, fue anulada.

"Esperamos que sea el final de una polémica, una polémica esencialmente política", indicó hoy a la salida de la audiencia el abogado de la LDH, Patrice Spinosi.

El Consejo no extiende su fallo al resto del país, pero este es importante porque podría aplicarse cada vez que haya nuevos recursos contra esas prohibiciones, que no mencionan concretamente el bañador islámico pero sí toda prenda que "no respete las buenas costumbres y el laicismo, las reglas de higiene y de seguridad".

Las alcaldías donde ya está en marcha el veto al burkini podrían ahora suprimirlo por iniciativa propia. "Si la tensión se mantiene alta, no lo derogaré porque el Consejo no me lo solicita personalmente", dijo a la cadena BFM TV Pierre Vivoni, alcalde socialista de la localidad corsa de Sisco, que aplicó el veto tras una pelea entre jóvenes corsos y familias magrebíes.

La normativa preveía multas de 38 euros, que sólo se han impuesto en cuatro municipios franceses, pero su aplicación ha dejado imágenes chocantes para la opinión pública.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó su satisfacción por la decisión del Consejo de Estado de Francia de frenar el veto al burkini en las localidades galas. "Damos la bienvenida a la decisión", señaló el portavoz de Ban, Stéphane Dujarric, quien recordó que Naciones Unidas se había expresado ya "claramente sobre la necesidad de respetar la dignidad personal de la gente".

Por su parte, el primer ministro francés, Manuel Valls, señaló que la decisión del Consejo no cierra el debate abierto en el país. "Es un debate de fondo", indicó en su página de Facebook tras el dictamen de la máxima instancia administrativa gala.