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Flórez: "Somos agentes de nuestra felicidad; tenemos una gran farmacopea en el cerebro"

El catedrático de Ciencias de la Conducta animó a utilizar "la botica interna" que todos poseemos

José Antonio Flórez (derecha) fue presentado por el psicólogo clínico Alejandro Torres. // José Lores

"Tenemos una gran farmacopea en nuestro cerebro", dijo ayer en el Club FARO José Antonio Flórez, catedrático de Ciencias de la Conducta de la Universidad de Oviedo. El conferenciante, que fue presentado por el psicólogo clínico Alejandro Torres, animó al público a utilizar "la botica interna que todos tenemos", unos "opiáceos endógenos que tienen que ver con la autoestima". Explicó que, a través del optimismo, del sentido del humor, de la ironía y de la risa, generamos unos péptidos opioides, las endorfinas, que a su vez potencian los linfocitos T, células "asesinas" del sistema inmunitario que mantienen a raya los virus y las células cancerígenas. "Por eso cuando coinciden varios reveses en nuestra vida somos muy vulnerables a estos agentes, como el virus del resfriado". En resumen, la actitud que tomamos ante la vida influye en nuestra salud: "Podemos ser agentes de nuestra felicidad o tóxicos de ella", aseguró.

La conferencia de José Antonio Flórez Lozano, titulada "Atrévete a vivir: secretos de la felicidad y de la longevidad", estuvo jalonada por multitud de ejemplos personales y de chistes que provocaron la risa entre el público. "Una carcajada hace que segreguemos adrenalina, dopamina y serotonina", recordó.

Citó un estudio realizado en un convento que llegó a la conclusión de que las monjas más alegres alcanzaban en un 90 por ciento los 85 años, mientras que entre las menos alegres solamente un 34 por ciento llegaba a esa edad.

Comenzó Flórez advirtiendo que "la felicidad no se encuentra fácilmente. Su existencia es tan efímera que solo se nos permite acariciarla, como las olas del mar que van y vienen". Para este experto, la felicidad sería más "como un camino, una disposición personal", que tiene que ver con actitudes como ser agradecido o con el altruismo, la voluntad de ayudar a los demás. "La vida es un regalo, pero solo valoramos lo que es cuando las cosas se empiezan a torcer", apuntó.

Educación

Vinculó también la felicidad con la educación, algo que requiere "sufrimiento y dedicación"; con las decisiones que tomamos todos los días, con la expresión creativa y con las relaciones sociales.

Por el contrario, las estadísticas que mostró pusieron de manifiesto que la felicidad tiene poco que ver con la posesión de bienes materiales y de dinero, y que "el hedonismo, la búsqueda del placer, es la gran fábrica de la infelicidad".

En definitiva, "ayudar" y "encontrar sentido a la vida, avanzando en ser más educados, amables y cariñosos" son dos formas de aproximarnos a la felicidad.

En el lado opuesto están las actitudes narcisistas, las del ser humano "centrado en sí mismo y desprovisto de valores morales y sociales, inmerso en el relativismo. Una sociedad no puede sobrevivir asentada exclusivamente en la búsqueda del placer".

Advirtió Flórez contra las "máquinas de reñir que se están envenenando a sí mismas y también a los demás. El tsunami del pensamiento negativo produce ansiedad y debilita el sistema inmune".

El buen humor potencia la longevidad, no solo por las endorfinas, que se segregan en la corteza cerebral; también por otras hormonas que tienen que ver con el bienestar del individuo, como la oxitocina y la dopamina. Además, potencia la inmunoglobulina-A.

Por el contrario, el mal humor resulta perjudicial, en términos medibles por la ciencia. "Una discusión familiar de diez minutos puede aumentar la tensión arterial 160/100 milímetros de mercurio", destacó.

Hacer fluir las endorfinas

¿Cómo mantener el flujo de endorfinas en nuestro cuerpo? José Antonio Flórez aportó algunos consejos sobre prácticas cotidianas: pasear, apreciar el olor a hierba fresca, ver una puesta de sol, contemplar la risa de un niño, leer un libro, entablar una buena conversación, escuchar música... Cantando segregamos endorfinas, de ahí el refrán popular: "El que canta sus males espanta".

El catedrático, Premio Nacional de la Real Academia Nacional de Medicina en 2000, definió la felicidad como "la satisfacción con el pasado, el optimismo con el futuro y el goce en el presente", y destacó el ejemplo de Francisco Ayala, escritor fallecido en 2009 a los 103 años, para subrayar los beneficios de la curiosidad y de la capacidad de asombro. "La felicidad es estar conforme con uno mismo", señaló, citando al propio Ayala.

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