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GALLEGOS EN LA CIMA

Miguel Arenas: "En España se están malgastando expedientes brillantes en oposiciones"

Este biólogo computacional de Vilagarcía estudia procesos evolutivos del ADN en cáncer en el Instituto de Patología Molecular e Inmunología de Oporto

Miguel Arenas: "En España se están malgastando expedientes brillantes en oposiciones"

La medicina del futuro, con tratamientos personalizados para cada paciente, llegará de la mano de la supercomputación. Los científicos aprovechan la capacidad y velocidad de los ordenadores más potentes para poder desentrañar entre miles de millones de datos cuáles son las causas y mecanismos que todavía ocultan muchas enfermedades. El bioinformático Miguel Arenas (Vilagarcía, 1979) ha pasado por algunos de los mejores grupos en genética de poblaciones, incluido el del vigués David Posada, y desde hace varios meses forma parte del Instituto de Patología Molecular e Inmunología de Oporto (Ipatimub), especializado en estudios oncológicos. Allí desarrolla herramientas para estudios de secuenciación de ADN o proteínas enfocados a obtener fármacos y tratamientos más eficaces contra determinadas mutaciones y colabora con otros grupos en proyectos sobre cáncer y VIH.

Su trayectoria desde que inició el doctorado en Vigo ha sido un ir y venir constante entre una orilla y otra del Atlántico. Estuvo dos años en Berna, en el equipo del reconocido Laurent Excoffier, y tres en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, su último destino antes del Ipatimub. Pero también realizó estancias más cortas en las universidades estadounidenses de Brigham y Wyoming y en la británica Reading.

"El científico se tiene que mover. Necesita siempre la inspiración que supone trabajar en otros laboratorios y aprender nuevas técnicas y perspectivas. Es una obligación", destaca Miguel. Aun así, lamenta que la falta de oportunidades en España les deja sin otra alternativa: "Algunos compañeros han abandonado y otros estamos en el extranjero. La situación sigue siendo muy mala".

Por eso la apuesta del país vecino por el I+D le ha sorprendido. "Invierten un porcentaje del PIB superior al español. Se abren convocatorias con muchísimo dinero y hay muchas más becas. Están haciendo un esfuerzo importante. Nosotros, sin embargo, generamos investigadores muy buenos que tienen que irse al extranjero a fabricar fármacos o tecnología que luego compramos. Estamos pagando dos veces", critica.

Y entre todas las propuestas que los partidos empiezan a lanzar de cara a las elecciones generales no aparece la ciencia: "Los políticos nos ven como una minoría que cuesta dinero mantener y que no va a cambiar el resultado". Pero las consecuencias de esta falta de apuesta, advierte, no solo afectan a los que ya se han marchado. "Los jóvenes están desencantados y se están malgastando expedientes brillantes en oposiciones. Hay cerebros que podrían orientarse hacia la investigación y lograr cosas importantes pero prefieren ser funcionarios y solucionar su vida. La ciencia va a salir muy perjudicada", lamenta.

Al menos en su caso mantiene los vínculos con el I+D español. Además de colaborar en los estudios de VIH de Cecilio López, del Instituto de Salud Carlos III, también participa en el proyecto europeo liderado por David Posada para estudiar la evolución de las células tumorales.

"Es uno de los mejores científicos del país y una de las razones por las que elegí el Ipatimub fue para participar en su iniciativa. Es muy novedosa porque a partir de muestras de diferentes pacientes y de distintos puntos del tumor trata de llegar a las células ancestrales que desencadenaron todo el proceso. La clave es identificar esa mutación", explica.

El estudio, que le ha valido a Galicia su primera Consolidator Grant de la Comisión Europea, se basa en la secuenciación célula a célula, un campo todavía muy reciente, y permitirá analizar, por ejemplo, el ADN de las metástasis para determinar si un tumor deriva de otro o si es independiente. En última instancia, sus resultados podrían dar lugar en el futuro a nuevos tratamientos y fármacos más eficaces.

Miguel pertenece al grupo del profesor Antonio Amorim, aunque en breve formará su propio equipo. Los investigadores del Ipatimub, creado en 1989, se acaban de mudar junto a los expertos del IBMC, especializado en enfermedades neurológicas, y los del Instituto de Ingeniería Biomédica (INEB) al i3s, un macrocentro dedicado a la investigación e innovación en salud que colabora con la Universidad de Oporto y varios hospitales.

El vilagarciano está disfrutando de un ritmo de vida más sosegado junto a su mujer María Jesús, de Ribadeo, y la pequeña Valentina: "Siempre me gustó Portugal. Es un país más tranquilo y ahora no tardo una hora en llegar al trabajo como en Madrid, Y la vida es más familiar que en España. Todavía puedes ver a los vecinos bajando a la calle para cenar todos juntos en San Juan".

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