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Las conferencias del Club FARO

Las madres de Érguete, las heroínas de la lucha antidroga: "No éramos ni locas ni terroristas"

"Murieron por la droga muchos de nuestros hijos pero el sufrimiento también adelantó la muerte de muchos padres" -"Sabíamos por qué nos metíamos pero no dónde"

Sara Guntín, Tonina Díaz, Dora Carrera y Carmen Avendaño, ayer, en el Club FARO. // R. Grobas

"En nuestra larga lucha, las madres de Érguete aprendimos muchas cosas y, entre las primeras, que había quienes estaban haciendo su patrimonio con la vida de nuestros hijos", dijo ayer en el Club FARO Carmen Avendaño, presidenta de Érguete, en el 30 aniversario de la asociación. "Ni locas ni terroristas" fue el título de una convocatoria que llenó al el auditorio del Rectorado en la que estuvo acompañada, en la mesa, de Dora Carrera, Sara Guntín y Tonina Díaz.

Contó Avendaño que en estas tres décadas habían ocurrido muchas cosas. "Se han muerto muchos hijos nuestros por efectos de la droga y los que han sobrevivido, entre cárceles y otras angustias, han quedado en su mayoría con secuelas graves. Pero también murieron muchos padres precozmente, por enfermedades del corazón, cáncer... hasta el punto de que podríamos afirmar que el sufrimiento también adelantó la muerte de madres y padres. De los que empezamos ala lucha hace 30 años solo quedamos dos".

La fundadora de Érguete dijo que hoy habían medios y conocimientos pero para que eso ocurriera unas madres tuvieron hace 30 años que empezar una labor desde cero, desde la ignorancia más absoluta de lo que era la droga y sus implicaciones. "La situación aquellos años era dramátiica porque las familias sufríamos la brutal tensión originada por nuestros hijos pero es que la sociedad no nos entendía a nosotros y hasta nos implicaba en las causas. Empezamos a reunirnos nosotras en Cedro, para compartir informaciones a partir de una sugerencia de Antón Bouzas . Tuvimos que romper graves estereotipos de la sociedad y llegar a conclusiones como que los traficantes de tabaco se estaban reconvirtiendo hacia la droga".

Dos opciones, dos

"Teníamos dos opciones en aquel momento -recordó-. hundirnos en la miseria por el grave problema que enfrentábamos en casa sin comprensión social o explicar a la sociedad lo que ocurría y enfrentarnos a la desinformación, a la tolerancia, concienzando a policías, jueces... Aprendimos en la lucha que era un problema de Estado que el Estado no podía resolver por sí solo y que había que cambiar la percepción sobre los drogadictos para que no fueran considerados como delincuentes sin más sino como enfermos, y eso también suponía modificaciones penales y carcelarias como darles metadona, jeringuillas que evitaran el sida y preservativos para los vis a vis que podían extender la enfermedad...".

En una situación en que los narcos disponían por su dinero de mil triquiñuelas para evitar o acortar las penas, en la que entraban en las cárceles como señores mientras que los trapicheros tenían que pasar su mono esposados a un calefactor, tuvieron las madres que vencer esa resistencia que origina el poder del dinero , que se expande por la sociedad y se blanquea, de los grandes traficantes.

"Nos reunimos con Fraga, Felipe, Aznar, Anguita, el PNV...-dijo Avendaño- y nos dimos cuenta de que para consolidar el Estado de Derecho son necesarios los movimientos sociales que presionen desde la calle. Cuando nos reunimos con Fraga, por ejemplo, confesó su desconocimiento sobre el alcance del problema y que hasta entonces creía que solo se resolvía con mano dura".

En 30 años que pasaron muy rápidos, Érguete creció, obtuvo subvenciones, se ramificó hasta ofrecer múltiples servicios, desde visitas en las cárceles hasta cursos de reinserción o acompañamiento de mayores en soledad. "Hoy -dijo- hemos avanzado mucho pero el tema de la prevención no ha tenido los resultados esperados, no ha sido suficientemente bien encaminado y sigue siendo nuestro reto. Tenemos subvenciones del Ayuntamiento vigués, Xunta... aunque siempre quedan cortas. Con la crisis tuvimos que reducir en un 35 por ciento el sueldo de nuestros trabajadores fijos porque se disminuyeron mucho las ayudas y, o arrimábamos el hombro o todo se iba al tacho. No nos dan subvenciones, de todos modos, porque somos guapos de cara; trabajamos mucho, resolvemos problemas a las administraciones, somos intermediarios en la devolución de la dignidad a las personas y conseguimos éxitos rotundos como reinsertar el año pasado a 48 presos con nuestros programas de formación y contactos con empresas".

En el coloquio, Avendaño dijo que las condenas por narcotráfico se han incrementado pero no se trataba igual a los trapicheros que venden para poder consumir ellos que a los narcos, que tienen más medios de defensa.

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