Por la mañana, el mensaje de felicidad vino del universo artístico de los hermanos Aitor e Iñaki Muñoz, y su firma Ailanto, el minimalismo tropical de Ángel Schelesser y la explosión de color de Ágatha Ruiz de la Prada. La diseñadora madrileña puso a bailar y a sonreír a sus modelos en una propuesta marcada por los colores pastel y los patrones con alma comercial, con los que puede querer aprovechar la visibilidad que le ha dado su clienta más mediática, Miley Cyrus.