La tragedia del cáncer no sólo alcanza a quien lo padece y no sólo se sufre por el aspecto físico. El desamparo social y económico que afecta a los miles de pacientes oncológicos es una lacra contra la que deben luchar al mismo tiempo que lo hacen contra las células malignas de su cuerpo.

Con esta idea en mente y con la de dar voz a las personas que sufren las situaciones más injustas por parte de las intituciones, nace este proyecto. Un videospot de denuncia promovido por Beatriz Figueroa, afectada de cáncer de mama y famosa por su plataforma de ayuda a los enfermos de cáncer. La cinta está dirigida por el cineasta gallego Mario Iglesias y protagonizado por la actriz moañesa María Salgueiro. El corto se grabó ayer en la calle García Barbón y se difundirá el próximo Día Mundial del Cáncer de Mama, el 19 de octubre. Beatriz Figueroa quiso que los afectados pudiesen participar y para ello les pidió su colaboración como figurantes.

El director, que al igual que el resto del equipo colaboraron en este spot de manera desinteresada, quiere con su trabajo "apoyar la campaña que encabezó Beatriz y que es una manera de sensibilizar sobre lo que tienen que pasar los enfermos de cáncer ante el absoluto desamparo institucional, al no reconocerles su estatuto de personas discapacitadas y estar lidiando para tener unos derechos básicos que se les niegan".

La actriz María Salgueiro, amiga del director y de la precursora de esta idea, lleva implicándose en la causa desde que Beatriz empezara a recoger firmas. Como tanta otra gente, conoce la enfermedad de cerca, aunque por suerte no en primera persona. El papel de María es el de una mujer afectada por esta dolencia, que se encuentra extenuada después de uno de los tratamientos que tiene prescritos y que debe resolver asuntos burocráticos como ir a la oficina de Empleo o a la Seguridad Social. "Un punto de vista físico, de gran debilidad, ya que no hay guion, ni texto, queríamos representar lo que le cuesta a alguien en ese estado hacer todo esto", explicó la actriz.

Beatriz, por su parte, ve en este sport una posibilidad de concienciar más y mejor: "Hacía mucho tiempo que quería que un profesional expresase nuestra penuria, cómo el enfermo durante su proceso no solo se tiene que cuidar a sí mismo, sino que esa batalla personal la tiene que trasladar también a la administración y a la burocracia", explicaba Figueroa antes del rodaje.

Los pacientes piden mayor rigor y organización

Carlos y Miguel Díez son padre e hijo, ambos figurantes en este spot. Carlos comenzó esta guerra con la enfermedad hace años, cuando le estirparon el bazo por un cáncer de estómago. Después se le vio afectado uno de sus pulmones y ahora tiene en riesgo el otro. Después de innumerables sesiones de radiología, quimioterapia, pinchazos y mucho malestar, la enfermedad le lleva innegablemente otra vez a una cama de hospital. Sin embargo, Carlos no está convencido. "Yo mientras no se asienten y se organicen las cosas prefiero esperar. La verdad es que asusta todo lo que sale", comentaba con respecto a las quejas por las deficiencias del nuevo hospital. Y recuerda sus peores momentos: "Gente que iba a radio o a quimio a las 6 o a las 7 de la mañana, en invierno con un frío horrible, teniendo que ir allí arriba y todo eso se podría mejorar".

A su lado su hijo, figurante también y afectado indirectamente por la pesadilla del cáncer. "Además de cargar indirectamente con la enfermedad, cargas con todas las carencias que ves y, por encima, no armes mucho jaleo al quejarte", comentaba entre escena y escena. "Las bajas, los tratamientos, los temas administrativos, ves que eres un numero más y se lleva muy mal", decía poco esperanzado. "Esperanza hay poca pero seguiremos luchando", sentenció.