Investigadores españoles han desarrollado un novedoso sensor para la detección de formaldehído, un sistema que abre la puerta a la realización de mediciones de este agente tóxico 'in situ' en lugares de trabajo donde este contaminante cancerígeno esté o pueda estar presente.

El nuevo sensor, realizado por la Sociedad de Prevención de Fremap, en colaboración con el Grupo de Sensores Químicos Ópticos y Fotoquímica Aplicada (GSOLFA) de la Universidad Complutense de Madrid, está basado en la utilización de fibra óptica y de un indicador específico permitiendo la correcta identificación y cuantificación de este contaminante.

"A pesar de la sencillez de su fabricación, el empleo de fibra óptica permite detectar niveles de formaldehído en la atmósfera tan bajos como 14 partes por billón", ha explicado Catedrático del departamento de Química Orgánica y responsable de la investigación en la UCM, Guillermo Orellana.

"La captura de datos de manera continua y la comunicación de los mismos en tiempo real facilitará la toma de decisiones a la hora de controlar la exposición laboral a formaldehído", explican. Además, el sensor podría adaptarse a su uso en el campo medioambiental y en el de control de procesos industriales.

Cuantificación

Con este descubrimiento se podrán cuantificar las concentraciones de formaldehído en lugares de trabajo de grandes dimensiones y asociar el sistema de detección a dispositivos de alarma que avisen de su presencia en cantidades por encima de los niveles de actuación fijados en cada caso.

Este nuevo sistema de monitorización supone un importante avance respecto a los sistemas actuales de medición.

Las disoluciones acuosas al ~40% del formaldehído se conocen con el nombre de formol, que es un líquido incoloro de olor penetrante y sofocante. También se utiliza en algunos países como conservante en algunos cosméticos y productos de higiene personal como champúes, cremas de baño y alisados permanentes.