El aumento de la esperanza de vida provoca que las intervenciones de reemplazo de cadera sean cada vez más habituales. El desarrollo de componentes que incrementen su fijación, eviten el rechazo en los pacientes, mejoren su recuperación y aumenten la vida útil de las prótesis, reduciendo el número de reimplantaciones, es por ello muy necesario.

Un equipo del Centro Tecnológico Aimen, situado en O Porriño, participa en el proyecto internacional MATCh (Monoblock acetabular cup with trabecular-like coating), una iniciativa de I+D+i cuyo objetivo es mejorar la biocompatibilidad y la durabilidad de las prótesis de cadera mediante un nuevo recubrimiento cerámico bioactivo incorporado con tecnología láser.

Los investigadores gallegos llevan cuatro años trabajando en este recubrimiento, que simula la estructura del hueso. "Esta pieza, que actualmente está fabricada en metal, es la que permite la rotación de la cadera y aguanta la mayor parte del peso del cuerpo, por lo que sufre un continuo desgaste, generando impurezas provocadas por dicha erosión; la nueva prótesis tendrá por primera vez un tipo de recubrimiento cerámico que ya se ha demostrado que es biocompatible y su fijación será mucho más duradera", explica Mª Ángeles Montealegre, directora del proyecto en Galicia.

Aimen se ha encargado de realizar la estructura 3D mediante tecnología láser, en la que es referencia en España y Europa. Mientras tanto, los socios del proyecto MATCh en Italia, que son los coordinadores generales, han trabajado sobre distintas composiciones de polvo cerámico, "seleccionando el que presentaba un mayor carácter bioactivo y un mayor grado de propiedades osteoinductivas; es decir, una estructura porosa que facilite la regeneración del hueso y, de este modo, asegurare un mejor anclaje de la copa con la cadera del paciente", describe la directora.

Actualmente, MATCh se encuentra en fase de prueba in vitro con células osteoblastos, "para analizar la capacidad bioactiva del material", un trabajo que realizan desde Turquía y cuyos ensayos de biocompatibilidad "ya han arrojado resultados positivos", adelanta Montealegre.

MATCh, que cuenta con una presupuesto de 1,1 millones de euros, ha recibido financiación del Séptimo Programa Marco de la Unión Europea. En este proyecto, además de AIMEN, participan cuatro centros tecnológicos: el Politécnico de Torino (Italia), la Fundación privada CIM (España) y el Innovation Center Iceland (Islandia), además de la colaboración empresarial de tres firmas de Italia, Turquía y Reino Unido.

"La tecnología que hemos desarrollado es aplicable a prótesis para cualquier parte del cuerpo, aunque aún tardará años en salir al mercado, especialmente por temas de legislación médica", concluye la directora de Aimen.