Cornelius Gurlitt, el anciano coleccionista de arte en cuya casa de Múnich se encontró un valioso tesoro artístico, llegó a un acuerdo contractual con la región de Baviera y el Gobierno alemán para devolver los cuadros que fueron robados por los nazis. Según dieron a conocer ayer las partes implicadas, se investigarán las obras sospechosas de haber sido sustraídas durante el régimen nazi (1933-1945) a sus legítimos propietarios, principalmente judíos, y Gurlitt recibirá el resto de cuadros en un plazo máximo de un año.

Las autoridades alemanas mantienen su sospecha sobre 590 de los cuadros, cifra que los asesores del anciano sitúan en unos 40.