La ingesta de ácido fólico un mes antes del embarazo y cuatro semanas después podría reducir en un 39 % el riesgo de que el niño padezca autismo. La influencia de las condiciones ambientales y hábitos de vida en el autismo, es uno de los planteamientos analizados por los más de 1.700 expertos reunidos en el Congreso Internacional sobre el Autismo-International Meeting for Autism Research, en San Sebastián.