Tan importante como preparar la maleta para las vacaciones es tomar una serie de medidas para evitar sorpresas desagradables a la vuelta. La compañía de seguros AXA, que acaba de publicar un estudio nacional sobre siniestros en viviendas, recuerda algunas recomendaciones del Ministerio de Interior para alejar a los potenciales ladrones, como no difundir el proyecto de vacaciones, especialmente a través de las redes sociales; no bajar totalmente las persianas del domicilio; no colocar llaves bajo el felpudo ni en lugares que estén al alcance de desconocidos; dar instrucciones a un vecino o amigo para que no se acumule publicidad en los buzones; cerrar bien puertas y ventanas; y en caso de grandes periodos de ausencia, instalar un temporizador automático que encienda luces y pequeños electrodomésticos como la radio y la televisión a intervalos de tiempo.

Según esta aseguradora, que solo el año pasado registró 17.000 siniestros por robo en domicilios en toda España, los días de inicio y de final de semana son los preferidos por los ladrones para robar en los hogares españoles, mientras que el sábado y el domingo son los de menor actividad delictiva.

En Galicia, el lunes es el día en que más robos se producen, siempre según este informe, con un 17,4 por ciento, seguido del viernes (16,7 por ciento). Solo otras cuatro comunidades: Aragón, Canarias, Baleares y Castilla-León tienen el lunes como día de la semana con mayor índice de robos en domicilios. Por el contrario, el domingo es el día más tranquilo en Galicia en lo que a este tipo de siniestros se refiere, con un 9,1 por ciento.

"Al contrario de lo que se podría suponer, no hemos notado un aumento significativo de robos domiciliarios durante los periodos vacaciones, como es el verano, sino que los robos se distribuyen de forma homogénea durante todo el año", explican desde la compañía, que señalan que para iniciar el trámite de este tipo de siniestros, el asegurado tiene primero que presentar la correspondiente denuncia ante la Policía.

Los robos declarados en Galicia arrojaron una indemnización media de 1.490 euros, la cifra más alta de España tras la de Murcia (1.580 euros) y un 24 por ciento más que la media nacional, situada en 1.201 euros.