Como en la vida real. Además del móvil, campos electromagnéticos se cruzan en nuestro medio al traspasar las puertas de un centro comercial, en casa o un edificio administrativo, pero también en la calle misma. Lo último, que publicará próximamente el equipo de investigación de Elena López, es un estudio en el que superponen diferentes fuentes de radiación electromagnética, que acaban de perfilar. Para ello, ya cuentan con una cámara en la comenzar a trabajar incluso con ratones. "Estamos haciendo un modelo con el uso de varias frecuencias al mismo tiempo: wifi, radiación de móvil, ordenador, bluetooth", que emule la situación actual. Desde el laboratorio en el que analiza bajo microscopio las muestras de rata en la Universidad de Santiago, la experta aclara el revuelo desde que la OMS alertó del uso de móvil.

–¿Es la primera vez que un organismo internacional apunta sospechas en la salud con el uso del móvil?

–La OMS hace bastantes años que está haciendo recomendaciones en relación a la exposición de los campos electromagnéticos de los teléfonos móviles en humanos, destinadas al publico en general y también a las líneas de investigación que considera prioritarias en el estudio de los efectos de la radiación en los seres vivos. En relación al cáncer cerebral hay numerosos estudios en los últimos años (en una gran número de países) que parecen indicar una mayor incidencia de cáncer cerebral entre los usuarios de teléfonos móviles.

–Un estudio iniciado en 2004 constató un incremento del 40% en el riesgo de gliomas entre quienes usan el móvil de manera "intensiva"; esto es 30 minutos al día durante diez años. ¿Es la primera vez que se pueden establecer resultados fiables?

–De ninguna manera, las recomendaciones de la OMS se basan no en un solo estudio sino en la evidencia científica de numerosos estudios.

–Las nuevas tecnologías 3G, internet en el móvil o sistemas de localización que llevan los aparatos, ¿pueden hacer más dañinos los aparatos?

–El avance tecnológico de las telecomunicaciones va muy por delante en relación a las investigaciones de los efectos biológicos, en relación con la salud. Hasta ahora, la comisión internacional para la protección de radiación no ionizante ha basado la legislación (las dosis de radiación no ionizante permitidas) para la protección del publico, en relación solo a evidencias científicas de efectos biológicos térmicos... Hay todavía un gran vacío en la legislación a este respecto y mucha investigación que hacer.

–La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) ha decidido calificar los campos electromagnéticos que generan los teléfonos en la categoría "2B". ¿Qué significa esta categoría?

–Me parece un paso importante que la OMS alerte a la población sobre un posible riesgo de la exposición continuada de la emisión de campos electromagnéticos de teléfonos móviles en humanos, debido al contacto directo del dispositivo en la cabeza de los usuarios. Sin embargo, esta información no debe de tomarse con un alarmismo excesivo, ya que en la vida diaria probablemente estemos expuestos a agentes carcinógenos mucho mayores.

–Existen estudios concretos en Galicia sobre esta temática?

–En la actualidad somos el único grupo de investigación interdisciplinario (físicos y médicos) en Galicia que dedica sus esfuerzos al estudio de los efectos biológicos de los teléfonos móviles.

–¿Se debería de limitar la edad legal para tener un móvil?

–Bajo mi punto de vista y por las investigaciones que estoy realizando creo que se debe de retrasar el uso del teléfono móvil todo lo que se pueda, sobre todo en niños. Precisamente porque los efectos en la salud los podemos conocer a largo lazo, en ese sentido creo que es más responsable limitar su uso en edades tempranas.