El "más grande tenor de todos los tiempos", como se le conoce, cantó esta noche con alma y corazón en el estadio "Ricardo Saprissa" que tuvo una asistencia regular, pero con fanáticos de todas las edades que vibraron con cada nota del artista.

La noche inició con "Hongrois Mars", interpretada impecablemente por la orquesta de 65 músicos costarricenses dirigidos por el maestro Eugine Khon, pero los aplausos inundaron el estadio cuando, Domingo apareció vestido de negro en el escenario y sin poses ni esperas entonó "O souverain", de la ópera "Le Cid" de Jules Massenet.

Las voces de las sopranos Nancy Herrera, de Venezuela, e Íride Martínez, de Costa Rica, fueron también aplaudidas por sus excelentes interpretaciones de "Habanera" y "Je veux vivre".

Domingo realizó una soberbia entonación de "Lamento di Federico" de "L'Arlesiana" de Bizet seguida por "Winterstürme" de "Die Walküre" de Wagner.

Los dúos del español con las sopranos fueron las gratas sorpresas de la noche, pero la primera ovación de pie fue para la costarricense por su canto del aria "Me llaman la primorosa" de "El barbero de Sevilla".

La noche fue inolvidable no solo por la potente voz de Domingo, sino por el impecable sonido de la orquesta, pero algunos de los momentos más emocionantes llegaron al final, cuando el español cantó dos de las más emblemáticas canciones costarricenses: "Luna liberiana" y"Pasión", como un regalo especial para su público.

El otro evento inesperado y fuera del programa anunciado fue la aparición de un mariachi en el escenario para acompañar al tenor en "Paloma querida", que dejó a sus seguidores encantados, pero a la vez ansiosos de más canciones.