Rafa LÓPEZ  Vigo

-La historia oficial presenta la Transición como un proceso pilotado por el Rey y por Adolfo Suárez...

-Es uno de los mitos, lo que cualquiera en la calle diría. No digo que sea una mentira absoluta, me refiero a que es el referente, el elemento fundacional de la democracia española. La Transición no la traen ellos solos ni es un proceso pacífico. El consenso es resultado de muchos conflictos, incluso de muertes.

-¿Tenía el Rey un pésimo concepto de Arias Navarro al punto de preferir a Carrero?

-Sí. Tenía a Carrero Blanco como una persona mucho más leal, mientras que Arias se creía un personaje investido de autoridad no por el Rey, sino por Franco. Carrero había luchado para que la sucesión fuera para Juan Carlos. El enfrentamiento con Arias hace que el verdadero primer presidente del Rey sea Adolfo Suárez, aunque inicialmente el Rey quería un proyecto encabezado por Arias y Fraga.

-¿Arias y Fraga?

-Sí. Sobre todo el proyecto de Fraga. Eso falla y tiene que buscar a una persona de la confianza del Movimiento, que es Suárez. Arias Navarro no le caía bien al Rey como persona, pero el gobierno en el que estaban Areilza, Fraga y Garrigues es lo que en primer lugar propone el Rey.

-Pero Areilza era un hombre de don Juan...

-Estaba en el consejo privado de don Juan cuando éste rompe con Franco, en 1965, pero cuando se hizo ministro de Asuntos Exteriores estaba vendiendo la monarquía juancarlista. Lo que menos preocupaba es que estuviera Arias. Era el proyecto de una democracia muy limitada y que en modo alguno significaba un proceso constituyente.

-¿Qué ocurrió entonces?

-Eso reventó con la movilización popular, que tuvo fuerza para derribar el gobierno y exigir al siguiente ejecutivo que aprendiese de ello para sentarse a negociar. Es una ucronía plantear que el Rey piense desde el primer momento poner a Suárez. El de Fraga era un proyecto que hasta "El País" se creía. Suárez viene por el fracaso de los primeros seis meses de la monarquía. Podían ocurrir muchos sucesos como los de Vitoria.

-Documentos desclasificados en EE UU revelan que Arias se planteó entrar en guerra con Portugal para frenar el avance comunista...

-Lo de Portugal preocupaba mucho. Demostraba que, si actuaban como (Marcelo) Caetano, se exponían a un cambio revolucionario._Fraga dice: hay que ser Cánovas, no Caetano; o creamos una segunda Restauración, dando pasos de apertura, o nos hacen la revolución. Pero no me imagino al Ejército español invadiendo Portugal tras salir corriendo del Sáhara. Y qué iba a hacer España invadiendo un país de la OTAN...

-Otro de los lugares comunes sobre la Transición es que se hicieron muchas concesiones a los nacionalismos...

-Se crearon nacionalismos. Con los vascos hubo muy poca negociación, y Galicia ni siquiera aparece como un elemento de negociación nacionalista. Hay provincias que se convierten en comunidades autónomas, como Murcia. Incluso Segovia estuvo a punto. Son soberanías manejadas por los caciques de UCD y que buscan reducir el nivel de soberanía de las comunidades históricas.

-¿Ha asumido Zapatero la idea de que las únicas naciones auténticas son la vasca y la catalana?

-En cuanto diga eso Andalucía, que presionó muy fuerte para lograr el "café para todos", le hará envainársela. Las concesiones que hizo Zapatero al Estatut se debían más a una normalización del PSOE en Cataluña que a dar prioridad a Cataluña. Andalucía sabe que es decisiva para ganar unas elecciones.

-¿Acusamos hoy los errores de la Transición?

-Para algunos sectores no ha sido frustrante: el PSOE ha gobernado durante más tiempo en este país que cualquier otro partido gracias a cómo se hizo la transición. Puede estar frustrado, incluso liquidado, el Partido Comunista...

-Las posiciones del PCE y del PSOE durante la Transición eran muy diferentes...

-Era más moderado el PCE que el PSOE... Hemos llegado a creer que el consenso es la forma natural de la política, cuando lo normal es el conflicto. Cuando se plantean ciertos temas -memoria histórica, negociar con ETA- se acusa al rival político de romper el marco constitucional.

-Decía Oriana Fallaci que hay dos tipos de fascistas: los fascistas y los antifascistas. ¿Le preocupan los grupos antisistema?

-Sólo si se ocuparan un espacio electoral permanente. Me preocupa el nacionalismo radical por su defensa de una sociedad homogénea, que expulsa de la comunidad al que piensa diferente.