El tipo de sangre es una clave para entender la personalidad, según muchos nipones, y así no es de extrañar que en Japón la más común sea la A, propia de personas minuciosas y ordenadas, en vez de la 0, la más extendida en el mundo.

La mayoría de los japoneses creen que existen sólo cuatro tipos de carácter según el tipo sanguíneo, un sistema que las revistas femeninas han popularizado en este país, al estilo de los horóscopos, y que hasta se incluye en las biografías oficiales.

Del tipo A, relacionado con la discreción y la precaución, son algunos notables como el actual primer ministro, el septuagenario Yasuo Fukuda, o su ministro portavoz, Nobutaka Machimura, uno de los "pesos pesados" de la política japonesa.

Mientras, el antecesor de Fukuda, Shinzo Abe, que no pudo superar un año en el cargo, y el líder de la oposición, Ichiro Ozawa, son B, que caracteriza a gente concentrada, espontánea y más desinteresada del entorno, algo que en aquí se resume como "el que va a lo suyo".

Aunque para algunos sea simple superchería, en Japón es muy común preguntar a un recién conocido sobre su tipo sanguíneo pues los nipones, de natural tímidos, lo ven como una herramienta que facilita comunicarse y empezar a relacionarse.

El llamado sistema ABO para clasificar la sangre fue descubierto a principios del siglo pasado por Karl Landsteiner, un médico austríaco ganador del Nobel en 1930, que al detectar su coagulación la dividió en cuatro grupos según los glóbulos rojos.

Al archipiélago nipón llegó el descubrimiento poco después a través de unos médicos japoneses que habían estudiado Medicina en Europa y a partir de entonces se ha creado en este país toda una teoría sobre la relación entre la personalidad y el tipo de sangre.

Según el libro "La distribución de grupos de sangre de seres humanos", un 40 por ciento de los japoneses tienen sangre del tipo A, un 30 por ciento del 0 (O en Japón), un 20 del B y el otro 10 de AB, que aquí se ve como personas complicadas, geniales y sociables.

En otros países, curiosamente, hay diferencias, aunque el más común en el mundo es el 0, el donante universal, que se define como una persona generosa y responsable, aunque también algo mandona.

Por lo general, en Europa y América Latina hay más gente del grupo 0, en Asia hay bastantes personas con el tipo B y en Norteamérica también hay muchos de A.

En el país del Sol Naciente se cree, por lo general, que en las naciones latinas hay poca gente con el tipo sanguíneo A porque allí son más abiertos y espontáneos, todo lo contrario de la imagen que exporta Japón.

Las teorías llegan a abarcar también las formas de relación y, así, buenos amigos de los concentrados B serán las personas con sangre 0, especialmente generosas, mientras el mejor compañero de los concienzudos A será sobre todo alguien de su mismo tipo sanguíneo, a los que importa sobre todo la discreción.

Las ventas de libros y productos relacionados con la adivinación es un mercado en alza en Japón desde hace ya varios años.

Uno de ellos, "El manual sobre mí, de sangre B", vendió un millón de ejemplares en apenas diez meses a pesar de ser un libro costeado por su autor, que firma como Jamais Jamais (Jamás Jamás en francés).

"Es una herramienta de comunicación", aseguró a Efe un portavoz de la editorial que finalmente publicó el libro, Bungeisha.

Y, aunque algunos critican que un análisis simple de la sangre pueda generar discriminación a priori, la mayoría de los japoneses creen que una sociedad tan complicada como la suya, llena de códigos implícitos, precisa de algún tipo de clave para establecer relaciones personales.