La biopsia líquida permitirá diseñar nuevas estrategias para abordar el tumor concreto de cada paciente a través de tratamientos personalizados. "La técnica consiste en la determinación en fluidos de células tumorales circulantes o de material genético tumoral circulante. El tumor es algo dinámico, el cáncer es un proceso que va cambiando. Hasta ahora basamos todas nuestras decisiones en una biopsia inicial pero realmente el tumor va modificándose. Y con la biopsia líquida vamos a poder, haciendo un análisis de sangre en cualquier momento, determinar qué cambios han sufrido esas células tumorales que as hacen más sensibles o incluso resistentes a un tratamiento. Con eso podremos diseñar nuevas estrategias terapéuticas. Aspiramos a realizar un diagnóstico precoz para curar a más pacientes", detalla la doctora Teresa Curiel, miembro del equipo de Oncomet.

Con el dinero recaudado contratarán a un investigador durante tres años y realizarán análisis a más de 300 pacientes. Además, comprarán dos máquinas. Una para "identificar las células tumorales circulantes en sangre con más precisión que ahora" (es muy difícil localizarlas entre los millones de células sanguíneas) y otro aparato para "identificar el ADN tumoral circulante en la sangre, un material genético muy rico en información".