Cientos de pontevedreses ya habían acudido el sábado y el domingo a las salas velatorias Virgen del Camino para mostrar sus condolencias a la familia del empresario José María de Cabo, fallecido a los 64 años, y ayer, durante su funeral, sus allegados volvieron a recoger el abrazo y el cariño de la ciudad para despedir al que fuera presidente de los hoteleros de Pontevedra, como director gerente del hotel Rías Bajas, el segundo más antiguo de los que están en activo en la ciudad, tras el Parador.

José María de Cabo falleció el sábado después de luchar durante los últimos años contra una larga enfermedad, que afrontó con entereza y gran fortaleza. Prueba de ellos es que permaneció al frente de los hosteleros locales hasta hace unos meses y dirigió hasta el final del hotel familiar, fundado por su padre, Matías de Cabo, hace más de medio siglo, en 1965. También creó una empresa de distribución de butano.

Sus restos mortales fueron incinerados el domingo y el funeral de ayer lunes en San Bartolomé, que se quedó pequeño, fue una buena muestra del afecto de la ciudad hacia el empresario pontevedrés, que logró convertir el céntrico hotel en la esquina de Daniel de la Sota y Castelao en toda una referencia en el sector, con constantes modernizaciones, la última de ellas apenas hace unos meses, en enero pasado, para renovar los ascensores y dotar el inmueble de gas natural, entre otras mejoras.

Una de las personas que trasladó sus condolencias a los allegados de De Cabo durante este fin de semana fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, amigo de la familia. También el alcalde, Miguel Fernández Lores, se acercó el sábado a las salas velatorias de la calle Loureiro Crespo.