El puente de A Barca continúa trayendo de cabeza a los concellos que lo comparten, Pontevedra y Poio, y a la Xunta de Galicia, titular del viaducto. El ayuntamiento capitalino acusa al gobierno autonómico de no cumplir la normativa en el ancho actual de las aceras, que se mantendrá tras la inminente reforma, prevista para este año. Por su parte, esta responde que ese reglamento solo es de aplicación a áreas urbanas en las que se llevan a cabo obras nuevas de "ordenación integral".

Si hasta hace unas semanas la falta de iluminación enfrentaba a las administraciones locales y la gallega, ahora lo es la futura obra. El hecho de que estos trabajos no incluyan el ensanchamiento de la zona peatonal, de 1,5 metros, no ha gustado nada a los dos ayuntamientos vecinos, mientras que la Consellería de Infraestructuras insiste en que es imposible darles más amplitud si no se opta por el carril único en lugar de los dos con los que cuenta ahora de doble sentido.

El concelleiro de Infraestruturas, César Mosquera, criticó ayer a la Xunta de Galicia por no cumplir la normativa de accesibilidad en el ancho actual de las aceras, pero recalcó que lo que más le preocupa es que esa misma medida se mantendrá tras los trabajos de acondicionamiento del puente. "Tenemos en el puente de A Barca carriles de 4 metros cada uno para los coches cuando los de la autopista como máximo tienen 3,5, pero tenemos unas aceras de 1,5. La normativa de accesibilidad exige 1,8 metros para las aceras. Como ejemplo, bueno no es, porque la Administración autonómica no lo da", se lamentó.

Por otro lado, señaló, ante la insistencia de la Consellería de Infraestructuras de que es necesario mantener el ancho actual de los carriles del tráfico rodado, que suman 8 metros, que hay otras construcciones de titularidad autonómica, como el puente de A Illa, en el que el espacio destinado a los coches es de 6,5 metros. "Aquí, el puente de A Barca podría tener 6 metros, 6,10 tranquilamente", consideró. "Hay un encabezonamiento funcionarial que está dando lugar a una polémica absurda", añadió.

Respecto al razonamiento de Infraestruturas en su carta enviada ayer a ambos concellos en la que se asegura que en caso de ampliar las aceras también habría que dotarlas de una protección más voluminosa entre estas y los carriles, César Mosquera opinó que "es una recomendación del Ministerio de Fomento, pero no obliga". En este sentido, el concelleiro pontevedrés insistió en el que puente de A Barca es de carácter urbano, pese a que por él circule la PO-531, una vía autonómica.

"Actuación irresponsable"

La Consellería de Infraestruturas respondió ayer mismo a César Mosquera lamentando que este "ponga en cuestión la profesionalidad y rigor de los técnicos de la Axencia Galega de Infraestructuras" que supervisaron y aprobaron el proyecto de reforma y acondicinoamiento del puente de A Barca.

"Consideramos una actuación irresponsable la de César Mosquera, quien, pese a ostentar un cargo de representación pública, difundió información incorrecta sobre una normativa de seguridad vial que evidentemente desconoce", afirma en un comunicado.

En este sentido, corrige al concelleiro y aclara que las aceras de 1,5 metros "cumplen la normativa vigente de accesibilidad y que los 1,8 a los que se refiere se aplican tan solo a áreas urbanas desarrolladas a través de instrumentos de ordenación integral, que no es el caso".

Asimismo, volvió a instar a ambos concellos a ponerse de acuerdo sobre el carril único.

Según Mosquera, ambos municipios han estado en contacto en todo momento, por lo que en julio se planteó "hacer algo más ambicioso" aprovechando la reforma del viaducto, cuya cubierta e iluminación se encontraban gravemente dañadas tras los temporales del pasado invierno. "Hablamos con Poio y la condición que se nos puso es que pusiésemos un solo vial", informó, para añadir que "desde septiembre hasta el que apareció que estaba licitado el proyecto no volvimos a saber nada".

Mosquera recordó que el establecimiento de un solo carril es un proceso "farragoso". "Eso no es posible ni ahora ni en meses. Eso queda a un futuro. No es un tema menor, no se resuelve en un año". A ello habría que sumar que el municipio de Poio ha asegurado en múltiples ocasiones que no lo aceptará mientras no se ejecute el vial de O Vao para aligerar el tráfico.

Marquesina e iluminación

Los trabajos anunciados por la Consellería de Infraestruturas esta misma semana se centrarán solamente en cambiar la cubierta y la iluminación, con lámparas led. Las aceras, para disgusto de ambos concellos implicados, continuarán a 1,5 metros de ancho. Por ello, tal y como anunció el concelleiro pontevedrés, ambos gobiernos locales se pondrán en contacto para comunicar por escrito su malestar a la conselleira Ethel Vázquez. "Vamos a dar una respuesta conjunta en el sentido de que queremos que se cumpla la normativa", sentenció.

La realidad es que la actual zona peatonal permite el paso justo de dos personas a la par, pero se complica cuando se circula con carros de bebé o de la compra, así como sillas de ruedas.