La huelga de transportes volvió a dejar a centenares de personas de Pontevedra y su entorno sin poder utilizar las líneas de corta y media distancia de autobuses ayer. Después de cuatro días divididos en las dos anteriores semanas, la de ayer fue la quinta jornada de paro, a la que se unirá la de hoy.

Las empresas y los sindicatos, que mantienen reuniones periódicas con la Xunta de Galicia para la modificación del Plan de Transportes, entienden que las negociaciones no avanzan. Por ello han decidido convocar una huelga general indefinida a partir del día 13 de julio, secundada también por unanimidad en la asamblea de Pontevedra.

Precisamente la estación de autobuses de la ciudad del Lérez acogió nuevamente el paro de conductores y trabajadores de diferentes empresas del sector de los autobuses. Algo más de una treintena se reunió en el lugar para demostrar su desacuerdo con la Xunta y protestar pacíficamente.

Las empresas no ofrecieron ni las líneas regulares ni tampoco los servicios mínimos programados ante la unanimidad total del paro por parte de los conductores. Sí partieron servicios de larga distancia de empresas que no son de Galicia y también los transportes de funcionarios del CP A Lama y el Hospital Meixoeiro.

Los trabajadores destacaban ayer que la Xunta "está mintiendo al asegurar que hay avances cuando no ceden" y se preguntaban cómo era posible que el gobierno gallego permitiese "que tantos viajantes se queden sin servicio".