Las plazas de A Ferrería y a Leña fueron los escenarios en los que trabajó ayer Isabell Seidell para documentar su paso por la ciudad. En paralelo, la también artista Blanca Escrigas realizó ilustraciones de la basílica de Santa María y el puente de O Burgo, todo ello en el marco del proyecto "Camiña/ Camiño".
- ¿En qué consiste "Camiña/ Camiño" y cómo surgió?
-Surgió en el marco de Compostela Ilustrada, unas jornadas de ilustración que se celebraron por primera vez el año pasado y ahora estamos en la segunda edición. Incluye unas actividades previas y este año han escogido el Camino Portugués, el Camiño da Costa, proponiendo a cuatro ilustradoras dibujarlo para hacer más visible el papel de la mujer en la ilustración.
- Cada vez las mujeres están más presentes en el mundo de la ilustración, de hecho ya son mayoría
-Hay muchas ilustradoras y muy buenas pero creo que nos vendemos peor que los hombres (sonríe) tememos que aprender.
- ¿Cómo es el proceso de trabajo? ¿Peregrinan ustedes caminando?
-No, no caminamos, es un proyecto muy ambicioso que desarrollamos en el segundo tramo del Camino, desde A Guarda hasta Santiago. El primero es de Oporto hasta Camiña y lo han documentado dos ilustradoras portuguesas acompañadas de El Patito Editorial; y nosotros vamos con la coordinadora Paula Cabaleiro y hacemos ese segundo tramo, tenemos 5 o 6 días para dibujar muchísimos sitios, la gente y los peregrinos obviamente y cómo interactúan con el espacio.
- Es el cuarto día de labor ¿qué es lo que más le ha llamado la atención?
-Hay dos cosas, por un lado el ritmo típico que tienen los peregrinos, que es el de caminar por la mañana y descansar por la tarde, entonces los pillamos de camino por las mañanas en los dibujos, hoy ( por ayer) menos porque estamos una ciudad y es un punto de salida o de llegada, pero por la tarde en las terrazas de las plazas ves a los peregrinos. Y otro aspecto, ya a nivel personal, es que vemos que esto está cogiendo carrerilla (risas) que evolucionan mucho los dibujos que estamos haciendo, también por la rapidez que nos exige este tipo de proyecto.
- ¿Cuántas ilustraciones hacen?
-Hacemos sobre diez ilustraciones in situ cada día, un ritmo muy fuerte, tenemos entre 15 y 18 paradas diarias, algunas las hacemos juntas y otras por separado como ahora para poder recoger más sitios.
- ¿Se hará posteriormente un álbum con los dibujos?
-Se hacen varias cosas, en el marco de Compostela Ilustrada en noviembre se va a preparar una exposición, porque estos ( señala a sus dibujos) son los cuadernos de campo y después nosotras trabajaremos ahora y hasta finales de agosto para preparar las ilustraciones a base de los bocetos que estamos haciendo. Después se van a publicar, en un catálogo o una pequeña publicación, y también habrá una exposición tanto de los cuadernos como de las ilustraciones terminadas. Posteriormente las ilustradoras participantes vamos a impartir unas charlas y talleres sobre el proyecto en las jornadas de ilustración.
- ¿Qué es lo que más le satisface de la ilustración?
-Últimamente hago mucha pintura en formato grande, ahora tengo una exposición grande en el Museo Municipal de Ourense y este proyecto para mi es tan emocionante porque me permite volver a mis orígenes. A mi el cuadernismo es lo que realmente me fascina, así que este es un proyecto perfecto: qué mejor opción que alguien te proponga hacer lo que realmente te encanta, que es esto, dibujar in situ, interactuar con la gente y descubrir Galicia de otra manera, otra vez.
- ¿Es la primera vez que recorre de este modo Galicia?
-La otra ilustradora, Blanca Escrigas, es gallega, vive actualmente en Madrid pero se crió aquí, así que para ella es volver a casa; yo soy alemana pero llevo casi siete años en Galicia, para mi es mi casa, es mi patria adoptiva, vivo en Ourense y conozco algunos de los sitios que estamos retratando ahora en este proyecto pero hay muchos otros que no conocía, sobre todo del Camino en si, como Redondela o Baiona, y verlo desde un punto de vista arquitectónico y espiritual es otro enfoque.
- Es usted filóloga ¿cómo surgió su vocación artística?
-De profesión soy filóloga, soy profesora de alemán, pero creo que esto se lleva dentro, todos de niños dibujamos y hay unos pocos a los que les gusta tanto que nunca lo dejan y yo recuerdo que cuando tenía 20 años y estudiaba Filología las vacaciones que tenía las pasaba con mi madre en Italia haciendo cuadernismo, haciendo esto mismo que estoy haciendo, a un ritmo mucho más lento porque no había obligación de cumplir con unos objetivos, pero haciendo esto mismo, así que es una pasión total (risas).
- ¿Qué impresión se lleva de Pontevedra?
-Ya la conocía, es una de las joyas del Camino, siempre me ha encantado por el patrimonio arquitectónico pero después también por la amabilidad de la gente de aquí: ves que se te acerca, tiene mucho interés y mucho respeto. En este Camino nos hemos encontrado en sitios en donde no digo que hubiese situaciones violentas pero si gente que se acerca, que nos hace fotos y no interactúa, no pregunta nada ni pide permiso, una se siente un poco como si te robasen algo sin consultar y aquí en Pontevedra eso nunca me ha pasado, ni en ocasiones anteriores cuando estaba dibujando aquí por placer simplemente ni ahora, la gente de Pontevedra tiene mucho interés por nuestro trabajo y además muchísimo respeto.
